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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Miedo y Orgullo

Llevo bastante tiempo pensando en esto de las redes sociales. De twitter, facebook, instagram... y de cómo las usamos para hablar a las personas. No me refiero de forma directa, me refiero de forma indirecta.

Todas esas veces que escribimos pensando en alguien muy concreto, pero no decimos su nombre, y luego alegamos que era algo en general. Cuántos tweets tienen nombre y apellidos que nunca llegamos a poner, cuántas viñetas, cuántas entradas...

Es algo muy cobarde, ¿no? Pero somos así. No nos atrevemos a mirar a alguien a la cara y decirle "eres gilipollas" "me estás haciendo daño" "te echo de menos" "Te quiero"
Son cosas que nos cuesta mucho verbalizar de frente, de forma directa a su destinatario.
Así que inventamos códigos, canciones, frases... inventamos una forma de lenguaje que tergiversa lo que sentimos a nuestro antojo para adaptarlo al medio en el que estamos y en el que queremos disfrazarlo y que se disimule. O hacemos daño directo usando la protección de que no pueden darnos réplica, de que puede que ni siquiera nos lean.

Sigo pensando que es cobarde. Y yo soy la primera cobarde. La primera que viene aquí a hablar de personas, de momentos, de cosas que se me pasan por la cabeza y que quizá debería hablar con quien me las provoca, pero nunca me veo capaz, siempre pienso en el "No puedo", siempre recuerdo el orgullo.
Supongo que eso es lo que nos pasa a todo. Creo que todo podría resumirse en Miedo y Orgullo.

Hay flores secas en esta mañana, y una resaca de pasarme de ti, me entra frío en el porvenir, no tengo abrigo y cierro la ventana. 
No tengo fe en el exceso de ganas, no tengo ganas de hacerme el café, ya he destruido el castillo de arena, y con el fango me he hecho una muralla en la piel.  

Me han dicho muchas cosas a lo largo de este mes. Todas enfocadas a la idea de que estoy loca por querer lo que quiero, que estoy equivocada, que no sé lo que digo. Aunque nunca me lo han dicho de esa forma. Me han dicho muchas frases que se me han clavado y que recuerdo muy a menudo. Me han dicho que tengo mucho trabajo que hacer.

Miedo y orgullo. Creo que son los dos sentimientos que me están definiendo últimamente. Son primos hermanos y aunque parezca raro, me hacen fuerte. Aunque el miedo abarque muchas cosas y el orgullo más aún

El corazón es un alumno limitado que nunca aprende. 
El amor siempre resiste mucho más de lo que dura.

La de canciones que estoy descubriendo que me recuerdan a él, pero esta vez no puedo enviárselas como he hecho siempre. Y parece una gilipollez, pero me jode muchísimo. 
Cuando me leas, escúchate a Rafa Espino, anda. Que ya que hablo de las indirectas y de la protección de las redes sociales, voy a usarla para decírtelo.

Siempre tengo sueños sencillos con hombres complicados, veo el amor con la visión deteriorada de quien lo tuvo todo y luego lo perdió.

Me sigue quemando el orgullo y me salen las ansias de odiarme a mi misma por todo lo que siento, lo que digo y lo que hago. Y luego me recuerdo que tengo derecho a todo eso, que es normal.

Pero me duele tener que usar las redes sociales y no hablar cara a cara. Me joden el miedo y el orgullo. Esos que nunca se van a ir. Me jode seguir esperando algo que no pasará.

Menos mal que confío en mi, menos mal que me quiero más de lo que parece, y menos mal que tengo fe en recuperar la cordura algún día.

Estaba dejándome estar, oyendo el tiempo caer en los relojes de arena. Mirando un instante partir y otro llegar, pensando en tu amor. Tu amor que viene y que va, siguiendo las estaciones. Tu amor es causa y efecto de mis canciones.

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