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domingo, 18 de marzo de 2018

Los hombres de mi vida

Hay dos hombres en mi vida. Dos hombres que son los más importantes que existen en ella y sin los que no querría estar. Dos hombres que me cambiaron por completo desde el día que los conocí.

Entre ellos ni siquiera se llevan bien, y son tan, pero tan opuestos... que es curioso que precisamente ellos sean mis dos patas, los que me sujetan. Yo me parezco a ambos, y tengo un poco de cada uno, aunque a veces parezca que me asimilo más a uno que al otro. Creo que es como un puzzle que se completa.

A los dos los quiero con toda mi alma, con toda. Y si tuviera que elegir... no podría hacerlo, simplemente me rompería solo de imaginarlo. Es algo que no concibo, porque no quiero concebir mi vida sin ellos. No es que los necesite, porque ya he estado sin ambos, es que los quiero en mi vida porque con ellos soy más feliz, y me consta que a ellos les pasa lo mismo. Creo que nos mejoramos la vida mutuamente.

A uno de ellos no le demuestro lo suficiente que le quiero, y cuánto me importa. El otro a veces siente que no me lo demuestra a mi. Y a los tres se nos olvida a menudo que hay cosas que no hace falta demostrar, porque se demuestran solas.
Cuando pienso en ellos, y en que siguen conmigo tras tanto tiempo, pese a mis rarezas, pese a lo complicada que soy, pese a los quebraderos de cabeza que doy y las horas de sueño que les quito... siento que soy la persona más afortunada del mundo. Y agradezco cada segundo que pasan a mi lado.

Ellos son los dos hombres de mi vida, cada uno a su estilo, a su manera, con su forma de ver las cosas... y su forma de verme a mi, porque aunque en algunas cosas coinciden, en general siento que cuando me miran cada uno ve a una persona distinta. Y yo soy esas personas, porque ellos me ayudan a completarme y ser quien quiero ser.

Hay dos hombres en mi vida con los que cada vez que estoy me siento en casa, con los que podría convivir y saber que estaría bien y ellos serían mi hogar. Dos hombres a los que miro, y al mirarlos se me dibuja una sonrisa en la cara que no se me va ni aunque lo intente, porque ellos son mi familia, mi casa, mi seguridad, mi felicidad. Son una parte de mi, y una parte de las mas importantes.

Voy a dormir ya, y no he parado de pensar en ellos en todo el día, aunque a ninguno se lo he dicho. He pasado un fin de semana horrible tanto física como emocionalmente, y no les he dejado estar conmigo, aunque ambos lo han intentado.

Pero ahora toca dormir, y dándole vueltas a la cabeza no paro de pensar en ellos, y en mis ganas de abrazarlos y tenerlos cerca.
Y es que los quiero. Y quererlos se queda corto.


Mi sonrisa de antes de dormir os la dedico, os la regalo, porque es vuestra desde el día que entrasteis en mi vida.

Sois los hombres que más quiero. 
Gracias.



Entre dos amores voy a la deriva
Uno me protege, el otro es mi guía
Uno me da hogar, el otro vida
Uno es amor, el otro me excita.

Entre dos amores voy como hoja al viento
Uno es el que tengo el otro es el que siento
Uno es tan suave, el otro tan fiero
Uno me da paz, el otro miedo.

Entre los dos voy enloqueciendo
Un amor normal, un amor veneno
Un amor tranquilo, un amor deseo
Si con uno vivo, por el otro muero.

Entre dos amores no sé lo que quiero
Un amor casero, un amor bohemio
El que tengo siempre o el aventurero
Un amor sensato, un amor sediento.

Entre dos amores no sé lo que anhelo
Amor de palomas o un amor de fuego
Con el uno duermo, con el otro sueño
Uno me adora, el otro es mi dueño.


viernes, 16 de marzo de 2018

La letra con sangre entra

Las palabras no hacen sangre, pero matan.

La rabia nos ciega, nos devora, nos impide ver con claridad. 
Si encima añadimos personas alrededor que nos tapan aún más los ojos, solo nos queda el rencor absoluto y la sed de venganza.


Intento no dejarme llevar nunca por esos sentimientos, porque las veces que lo he hecho, la única perjudicada he sido yo (y las personas a las que me he llevado en el camino), y he aprendido que hacerme daño no merece la pena.

Puedes engañarte toda una vida, mentirte a ti misma, creer que serás feliz así... hasta que te das cuenta de que has ido destrozándote poco a poco y que ya no queda casi nada de lo que fuiste, o de lo que querías ser.

Yo sigo creyendo en mi, en lo que hago, en lo que siento. Sigo orgullosa de mi misma cuando me miro en el espejo y recuerdo quién soy y como he llegado aquí. Y estoy orgullosa de todas las cosas que he hecho, porque incluso aquellas en las que me equivoqué me han ayudado a aprender, a crecer.

Y quien me quiere, quien me ha querido de verdad, y aquellos a los que les importo o he importado, también saben quién soy, porqué hago las cosas y porqué no, de lo que soy capaz y de lo que no, y hasta qué punto merezco la pena.

Al resto, y esto lo digo con una sonrisa en la cara porque ni el dolor que puedo sentir por dentro me la quita, que os vaya bien, porque si seguís acumulando tanta mierda, necesitaréis suerte en vuestra vida, y yo os la deseo toda, de corazón.

lunes, 5 de marzo de 2018

No hubiera dudado

He vuelto a verte, me has llegado hasta el pulmón. Y voy tocado entre los gritos, pero ahora tengo más motivos que dolor. No digas nada, que tengo miedo a las heridas provocadas en tu honor.
Y se ha hecho tarde, mi amor. 
Yo nunca hubiera dudado de un "tu y yo"

Esas veces que alguien no para de rondarte la cabeza, que te llevas días y días pensando, dándole vueltas. "¿Cómo estará?" Y sabes que la respuesta es "mal". Y sabes que no puedes hacer nada. Y sabes que esa persona no quiere que tu hagas nada. 
Y aún así no paras de pensar en ella. Y quieres pensar que estás equivocada, que no todo es como tu crees. Que todo va bien. Que el miedo es solo miedo.

Pero cuánto miedo. Cuánto miedo a perder, a no saber cómo actuar, a elegir, a defender tus elecciones. Cuánto miedo de mirar al futuro e imaginarlo sin las personas que realmente te importan.
Aunque no sepas cómo demostrarles que te importan porque todo es demasiado complicado, y tu además le añades complicaciones. Porque tu no sabes lo que es hacer la vida sencilla.

Recordar cien mil te quieros, cien mil promesas de no desaparecer, de permanecer unidos, recordar cien mil momentos en los que estuvisteis juntos y deseaste que jamás se fuera de tu lado. En los que le agradeciste el simple hecho de existir y de estar en tu vida.

Sigo sin saber cómo demostrarles a los demás cuánto me importan, y sigo sin saber como actuar en la mitad de las situaciones de mi vida. Sobre todo cuando implican a más personas, cuando los afectados son otros más que tu misma.

Echo de menos a Raúl. Lo echo de menos de verdad. Están pasando tantas cosas que no sabe, hay tantas veces que necesito hablar con él y no puedo simplemente porque no está al día y no me dan las fuerzas para explicárselo todo... Pero luego todo se pone en mi contra y parece imposible verle. Y recuerdo la frase de "quien de verdad tiene interés convierte las noches en días" y dudo de mi misma y de si esa frase tendrá razón y es que no tengo interés, o es que realmente mi vida es la locura que creo que es.
Quiero pensar que es la segunda opción, porque sería demasiado masoca si sintiendo este dolor tan intenso en el pecho y esa sensación de que algo me falta, no pusiera interés real en solucionarlo.

A veces ser adulto es una mierda. La vida real es una mierda. El amor es una mierda. La amistad es una mierda. La esperanza es una mierda. El futuro es una mierda. 
Y el miedo... el miedo es la mayor mierda de todas.

Quiero que entiendas esto si ya no entiendes nada, "Amor" es la palabra que resuelve el crucigrama.

Y las ganas de llorar vuelven a mi vida.


El corazón es un alumno limitado que nunca aprende


Todos aquellos nombres, todos aquellos números... para acabar volviendo a ti.