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viernes, 16 de marzo de 2018

La letra con sangre entra

Las palabras no hacen sangre, pero matan.

La rabia nos ciega, nos devora, nos impide ver con claridad. 
Si encima añadimos personas alrededor que nos tapan aún más los ojos, solo nos queda el rencor absoluto y la sed de venganza.


Intento no dejarme llevar nunca por esos sentimientos, porque las veces que lo he hecho, la única perjudicada he sido yo (y las personas a las que me he llevado en el camino), y he aprendido que hacerme daño no merece la pena.

Puedes engañarte toda una vida, mentirte a ti misma, creer que serás feliz así... hasta que te das cuenta de que has ido destrozándote poco a poco y que ya no queda casi nada de lo que fuiste, o de lo que querías ser.

Yo sigo creyendo en mi, en lo que hago, en lo que siento. Sigo orgullosa de mi misma cuando me miro en el espejo y recuerdo quién soy y como he llegado aquí. Y estoy orgullosa de todas las cosas que he hecho, porque incluso aquellas en las que me equivoqué me han ayudado a aprender, a crecer.

Y quien me quiere, quien me ha querido de verdad, y aquellos a los que les importo o he importado, también saben quién soy, porqué hago las cosas y porqué no, de lo que soy capaz y de lo que no, y hasta qué punto merezco la pena.

Al resto, y esto lo digo con una sonrisa en la cara porque ni el dolor que puedo sentir por dentro me la quita, que os vaya bien, porque si seguís acumulando tanta mierda, necesitaréis suerte en vuestra vida, y yo os la deseo toda, de corazón.

miércoles, 17 de enero de 2018

Nothing lasts forever

Una noche más estoy otra vez contando canciones de ayer, la vaga ilusión de sueños rotos que ya no me importa perder. Y empiezo a pensar que la sensatez en dejar de creer, ya comenzó a doler. 

Una noche más estoy otra vez chocando contra tu pared, y quiero volar y vuelvo a caer. Y empiezo a pensar que tu sensatez es huir sin luchar, ¿qué puedes perder? empieza a creer.

Te tengo tan cerca, te siento tan lejos.

Me he dado cuenta de que estoy acumulando rencor, de que acumulo sensaciones negativas. Y no quiero hacer eso, necesito seguir como he sido siempre hasta ahora. El rencor es algo que te ancla al pasado y nunca te deja avanzar, es algo que no merece la pena.

Este fin de semana me va a venir muy bien. Es el cumple de K, voy a ver a gente genial y sé que voy a pasarlo bien, lo necesito. Además, la semana que viene por fin se acaban los exámenes, pienso desconectar y apagar el móvil. Ver series, leer, y sobre todo, sobre todo, sobre todo, de lo que más ganas tengo es de pasarme los días jugando con José Manuel. Llevármelo al parque, estrenar las cosas que le han traído los reyes, ver pelis de dibujitos, recuperar todas las semanas perdidas por culpa de la universidad.

A veces me planteo dejarlo, realmente llego a plantearme seriamente el dejar la universidad y retomarla cuando él sea mas mayor. No os podéis hacer una idea de lo complicado que es compaginar la carrera con el nene y con mi familia y mi casa. Me siento desbordada y siento que tengo que renunciar a algo para mantener la cordura, y lo único a lo que puedo renunciar es a la carrera. He bajado muchísimo mi rendimiento, mis ganas, mi fuerza... a veces siento que no voy a conseguir remontar y que no merece la pena seguir perdiendo tiempo y esfuerzo.
Pero aún me resisto a tirar la toalla, aún creo que puedo conseguirlo. Aunque no sea con matrículas de honor, como el año pasado. Aunque tenga que aceptar el sacar seises o incluso cincos. Sé que voy a ser buena trabajadora social saque las notas que saque, sé que podré ser buena investigadora, y sé que voy a ser buena haga el trabajo que haga, aunque mi expediente no sea el mejor de la promoción. 

Me he planteado (una vez más) unos objetivos para este semestre que entra, necesito prometerme a mí misma que voy a cumplirlos, y le he pedido ayuda a Raúl y María para que me ayuden. 

Hay momentos en los que siento que me rompo, que no puedo con todo, y las cosas que han pasado estos dos últimos meses me han hecho mucho más daño del que esperaba. Parece que siempre tiene que pasar algo, que no puedo vivir tranquila. Pero ya estoy acostumbrada, y gracias a este tipo de cosas sé que puedo con todo. 


Todo lo que hoy pretendo entender se rompe en pedazos al ver que intento volar y vuelvo a caer. 
No puedo creer en cuentos de hadas que acaban tan bien, nos toca perder, empieza a crecer.

Me he perdido como siempre y no sé cómo mirarte, intento esquivar el dolor sin tentar al corazón, clavada, perdida al escuchar cada nota de tu voz.

Y quiero pensar que algún día también me verás