Es demasiado difícil entenderme. Demasiado.
A veces ni siquiera me entiendo yo, no puedo pretender que mi alrededor lo haga. Menos aún personas que no me conocen todavía a fondo.
Porque me autoconvenzo de que esta vez es la buena y que será diferente.
Tengo muchisimo miedo. Miedo a equivocarme, a no saber cómo actuar. A perderme, a hacerme daño o hacerlo a mi alrededor.
Muchísimo miedo a equivocarme.
Otra vez. De nuevo. Siempre.
Porque mejor no pienso que en el fondo no te quiero y que no te conozco como para echarte de menos, que a veces me enamoro de algo que me invento.
A veces siento que corro demasiado. Que no sé frenar. O que freno demasiado rápido.
Vuelvo a sentir ese "ser demasiado" "sentir demasiado"
"No puedes tomártelo así"
Y mi pensamiento es "sí que puedo, sí que quiero, no tienes ni idea de mi pasado, de lo vivido, de por qué me duele lo que me duele, y no me apetece seguir explicándolo, no de nuevo, no otra vez"
No quiero volver a escuchar un "no puedes sentir así". No me da la gana. Siento lo que siento, y tengo derecho a ello, a que me duelan cosas que a otros le parecen estúpidas, aunque solo yo llegue a saber por qué me duele. Aunque ni siquiera quiera explicar mis razones.
Me duele, y punto.
"Personalmente creo que te vendría genial estar soltera y alejada de los hombres y mujeres un tiempo"
Yo también lo pienso a veces. Aquellos cuatro años de paz, de no volverme loca, de mejorar yo misma, yo sola. De terminar bachillerato, de empezar la carrera, de sacar unas notas increíbles.
Luego volví a él. Y empezó la rueda.
Tengo 34 años.
Y no tengo ni idea de qué hacer con absolutamente nada de mi vida. Pero nada.
No sé cómo hablar con los que me rodean, como enfrentarme a mis propios pensamientos, cómo se sigue adelante.
Me hubiese quedado a dormir contigo por primera vez. Te creí cuando me dijiste bajito que me empezabas a querer.
No vi las señales de humo al salir de tu casa.
Me fui de alli pensando que saldría bien.
Me gustabas tanto que bajé la guardia y apagué las alarmas que me suelo poner.
Mi última relación me ha dejado demasiado rota. La anterior también. Estoy harta de que me rompan, de romperme yo misma.
Estoy harta de entender a los demás y que casi nadie me entienda a mi. De esforzarme, dejarme la piel... y que parezca que no lo hago.
Estoy harta de sobrevivir. De asumir errores continuamente, de machacarme e intentar no repetirlos.
Harta de olvidar lo malo y revivir lo bueno.
De olvidarme por el camino.
Ya no tengo ganas de reparar nada. Lo que me gustaría es que no hubiese nada que reparar.
"Creo que estas haciendo eso que hacéis las mujeres, de hacer el duelo mientras aún estáis en la relación"
Quizá sea verdad y ni siquiera me he dado cuenta. Que de pronto ya no tengo las mismas ganas, o las mismas fuerzas. Que vuelvo a sentirme un fracaso, un peso demasiado grande.
Que he dejado de saber cómo expresarme y cómo actuar.
Me abruma el miedo. Tengo pánico a tomar decisiones de las que pueda arrepentirme.
Se me ha olvidado respirar.
Ya ni siquiera me siento segura en cosas en las que siempre lo he sentido. No sé quién o qué soy.
Ojalá algún tipo de magia que viniese y dijera "voy a repararlo todo y vas a ser feliz, a estar en paz"
No tengo ni la más remota idea de qué hacer.
Porque me volvió a pasar eso de confiar demasiado pronto en la gente.
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