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martes, 18 de diciembre de 2018

Sentimientos vacíos

¿No os pasa a veces que no tenéis ni fuerzas ni ganas para apoyar a un ser querido que está mal?
Momentos de esos en los que tu también estás mal, o cansada, o simplemente harta de sentir que todo a tu alrededor es negativo. Momentos en los que te gustaría que el mundo se parara y las cosas malas quedaran en standby, no para tener felicidad absoluta o un ambiente de happyflower, si no para únicamente tener un tiempo de pausa de las cosas negativas. Negatividad fuera.
Momentos en los que no te apetece ser paño de lágrimas de nadie, aunque sepas que te necesitan.
Lo peor es que son sentimientos que no puedes evitar, pero que te hacen sentirte mala persona, aunque la lógica te diga que es algo normal y no tan reprobable como piensas.

Estoy preocupada por mi misma. Tengo la sensación de que cada vez me importa menos todo, de que ya no siento ni padezco. Estoy estresada y agobiada, pero en lugar de estar como siempre suelo estar en épocas como estas, mis reacciones son apáticas, sin fondo, vacías.
Es un sentimiento que diría que no me gusta, pero... la verdad es que ni siquiera siento eso.

Desde que escribí mi última entrada siento que me ha cambiado algo por dentro. No pensé que fuera capaz de hacer lo que dije, pero no solo estoy siendo capaz, si no que además creo que lo hago incluso con cosas que no tenía planteadas. No espero nada de nadie, ni de lo que está por venir. Simplemente me dedico a seguir en el camino y hacer las cosas lo mejor posible, pero sin preocuparme de los sentimientos que me provocan. Salvo excepciones, he perdido ilusión por las cosas.

Pero lo interesante es que estoy bien. No me siento triste, ni enfadada, ni mal. De hecho suelo sentirme tranquila, quitando algunos días que han sido duros y he tenido bajones, o días en los que ni siquiera he sabido bien qué me pasaba. Pero el balance, en general, no es negativo. 

Quizá las armaduras no sean tan malas, después de todo.


Yo quiero estar borracho, viviendo mi vida pero a tu lado, bebiendo tequila de cualquier vaso, rompiendo la fila si tu te vas
Yo nunca he sido un santo, no vendo lecciones de contrabando, de todos mis huesos tu estás al mando, me enredo contigo en este huracán

(¿Por qué el cantante de Dvicio tiene que ser tan EXAGERADAMENTE GUAPO?)


Buenas noches, como siempre.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

By my side

He llegado a la conclusión de que en general hay dos tipos de personas, las que te mejoran la vida y las que te transmiten negatividad y agobios. 
Bueno, también están los que son indiferentes y no afectan a tu vida, pero me refiero a esas personas que sí afectan.

A lo largo de mi vida he conocido a muchísima gente, muchísima. Y ha habido muchas personas importantes para mi que ya no están o que ya no son importantes, o que la importancia que tienen ha cambiado de sentido. Me pongo a pensar en las personas que hay ahora mismo en mi vida, y a analizar quienes son los que me la mejoran, quienes transmiten negatividad y agobio, y quienes son indiferentes a ella.
Llego a muchas conclusiones y eso le da sentido a muchas cosas, me hace pensar y me hace ver algunos detalles que no he visto hasta ahora.

Está esa gente que ante un conflicto se enfada, se irrita y en lugar de hablar, de parar unos días, o de intentar mejorar, se alimenta de su rencor o de su negatividad y lo transmiten a los demás, creando sentimientos feos en todos los que les rodean. Y están aquellos que ante un conflicto intentan mantener la calma y la cordura y defenderse sin hacer daño ni creando malestar a los que tienen alrededor. 
Obviamente todos preferimos a los segundos, pero la realidad es que hay mayoría de los primeros, y tenemos que aprender a vivir con ello.

Yo tengo la suerte de que en mi vida la mayor parte de las personas importantes suelen ser del segundo tipo, y excepto algunas veces donde cualquiera perdería los nervios y la cordura, por lo general suelen ser personas maduras con las que se puede hablar y que razonan las cosas sin problemas.
Sin embargo, si que he tenido también a personas del primer grupo que fueron muy importantes en mi vida o que lo son ahora. Mi mejor amigo de hace unos años, al cual consideraba mi hermano, era así, y nos pasábamos el día peleando por mucho que nos quisiéramos. Por que claro, en principio si quieres a alguien le aceptas con todos sus fallos y virtudes, pero el problema llega cuando lo malo supera lo bueno, y no al revés.

El caso, o la razón de toda esta entrada, viene de Raúl. Raúl es ese tipo de persona que te hace ver las cosas desde una perspectiva siempre positiva, que te transmite tranquilidad y que te hace sentir mejor simplemente con su presencia. Es una suerte tenerle conmigo, y me hace darme cuenta de todas esas otras personas que lo que hacen es lo contrario. Agobiarme, irritarme, hacerme sentir mal, preocuparme...

Depende de ti el cómo afectas a los demás, y depende de ti el cómo te afectan los demás. Parece contradictorio, pero es así. Es cierto que depende de nosotros si permitimos o no que los actos de otras personas nos influyan, pero también es cosa nuestra el cómo tratamos a los demás, como hacemos las cosas y como las decimos. Es muy fácil decir "Yo hago lo que me da la gana, si le molesta es problema suyo" porque de esa manera nos quitamos la responsabilidad a nosotros mismos, pero quizá deberíamos pararnos a pensar que sí que tenemos mas culpa de la que queremos admitir.
Conocemos a los que nos rodean, sabemos qué les hace daño y que no, al menos en su mayoría, ¿de verdad es necesario hacer lo que nos de la gana aún sabiendo que les va a doler?
Yo no soy una santa, y un millón de veces he hecho lo que me ha dado la gana o lo que me ha parecido bien sin pensar para nada en como afectaba a los demás. Y tampoco es malo, porque de vez en cuando hay que hacer cosas así, hacer lo que quieras y que le den al mundo. Pero no siempre. No cada día. No en cada frase, palabra o acto.

Y es por eso que intento cada día controlarme cuando algo me enfada o me hace daño, porque lo que se dice una vez, ya está dicho y se queda ahí para siempre, aunque pidas perdón, aunque ya no vuelvas a decirlo. Y lo mismo pasa con los actos.
Y cuando digo controlarme no me refiero a guardarme las cosas, me refiero a hablarlas y llevarlo de la mejor manera posible, a dialogar, a respirar, a pensar antes de hablar.

He decidido centrarme más en las personas que mejoran mi vida, y dejar de pensar en aquellos que solo transmiten negatividad y enfados. Y también he decidido anteponerme a los demás y pensar más en mi bienestar que en el de otros, pero ojo, siempre intentando no hacer daño. Aunque hay que ser conscientes de que a veces hacer daño es inevitable, pero hay maneras y maneras. Hay formas y formas.

Se me están cerrando los ojos y soy consciente de que la redacción de esta entrada es pésima, pero tenía muchas ganas de escribir sobre esto y de recordarle de nuevo a Raúl lo maravilloso que es y el bien que me hace. Y de recordarme a mi misma que debo dejar de tener tan en cuenta a aquellos que me hacen mas mal que bien.

Objetivo conseguido.

Buenas noches, en dos días me voy a algeciras y ya solo quedan 33 días para la felicidad absoluta :D :D :D

It all came back to me now that we’re done
This will be the last time we’re making love
When you close your eyes you’ll be laying calm in my arms
I’m leaving tomorrow, but at least I know you’ll wake up by my side
And each moment I’m not with you slowly kills me, it’s like homicide
But I love you
Only you