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martes, 2 de noviembre de 2021
Libre
Ya no puedo
jueves, 7 de octubre de 2021
Octubre
lunes, 4 de octubre de 2021
Soy actriz de mis sentimientos
miércoles, 22 de septiembre de 2021
La vida que quise
lunes, 19 de julio de 2021
La necesidad de rendirse
He visto una película que me ha hecho llorar y me ha provocado muchas ganas de escribir.
Debería acostarme ya, pero tengo la sensación de que si lo hago, mañana no seré capaz de levantarme. Llevo toda la semana igual, pero desde que mi hijo llegó tengo que obligarme a hacerlo cada día, y eso me está destrozando. En cualquier momento colapsaré y no sé qué pasará entonces.
Estoy pensando en la palabra dramática, en cuantas veces se ha usado para describirme, cuantas personas hay aún que a veces la usan para hacerme daño, como está intrínseca en algunas frases. Como sigue doliendo.
A veces me gustaría volver a 2016. Siento que entonces lo tenía todo. Tenía autoestima, tenía planes, sueños, metas, tenía fines de semana de diversión, me gustaba lo que veía en el espejo. Era feliz.
Tengo la sensación de que desde que acabé la carrera estoy perdiendo mi vida, que paso por ella sin más, sobreviviendo pero sin disfrutar, sin vivir. Supongo que el covid también ha influido, pero sé que no es lo único. Me echo de menos y echo de menos sentirme al menos un poco mejor. Sentir ganas de vivir, de hacer cosas, de moverme. Echo de menos las ganas de levantarme de la cama, que haya algo que me motive y que al despertar piense "que guay, hoy hago esto" Este fin de semana tenía dos planes y ambos los he cancelado por elegir a otros antes que a mi. No me arrepiento, pero estoy cansada. Me gustaría disfrutar algo, hacer algo que me llene y me haga feliz, Algo distinto.
Estoy tan cansada... cansada de sentir que quien quiero que esté no está, y quien está no me es suficiente. Soy demasiado exigente, o masoquista. O inmadura.
Me encantaría que alguien viniera y me dijera "nos vamos a escapar tres días a algún lugar fuera de aquí, para que descanses de la vida, para que recuperes fuerzas, para que seas al menos un poquito feliz"
Me supera la tristeza y me duele el corazón, y estoy aquí pensando en mil cosas que me hacen daño y que aún así no puedo sacar de mi cabeza.
Es todo demasiado complicado, es todo muy difícil, y yo no tengo fuerzas. Me superan todas las situaciones. Y tengo que seguir, levantarme, continuar. Y simplemente no puedo. No soy capaz.
miércoles, 14 de julio de 2021
Lo que yo haría
lunes, 12 de julio de 2021
Llega la noche
sábado, 10 de julio de 2021
"No" como primera opción
A veces es muy triste aceptar esas negativas. Ese primer "no" a casi todo. Las quejas, los refunfuños, los resoplidos... siempre como una molestia que le obligan a hacer.
En este tiempo me he dado cuenta de que le necesito más a él de lo que él me necesita a mi, y eso no es sano. Creo que de hecho el problema está ahí, en la palabra "necesitar". He sido fuerte muchas veces, aprendí a estar sola, sé ser feliz.
Pero aún hay una parte de mi que no puede, que no es capaz, que se mantiene aferrada a lo que a veces me hace daño.
Me embarga una tristeza absoluta ante cada "no", y a veces también me invade la rabia. La frustración, cuando recuerdo la cantidad de veces que pienso antes de hablar o actuar para evitar daños. Lo arrepentida que estoy cuando no lo hago y me dejo llevar. Las muchísimas ocasiones en las que digo "sí" como primera opción, aunque en realidad no quiera, porque hacer feliz a la otra persona merece más la pena.
El "no" es siempre su primera opción, y lo peor... es que ya empezamos así. Su primera respuesta fue un "no". Quizá debería haberme anclado a ello, haber continuado. Aprender.
Cada nueva negativa es una rajita más en el corazón, una herida un poco más profunda que la anterior. Quizá en parte eso también haya influido en que esté tan vulnerable. Quizá necesito mas síes en mi vida.
Creo que, paradójicamente, cada "no" me hace más fuerte también. Me hace ver que tengo que aprender a seguir adelante sola.
Tengo que aprender a decirme que sí a mi misma, a hacerme fuerte, quererme, aceptarme. Decirme que sí todos los días cuando me miro al espejo y cuando quiera hacer algo. Permitirme ser feliz.
Aunque la persona que esté a mi lado me diga que no.
Siempre he podido, siempre voy a poder.
jueves, 27 de mayo de 2021
Las cosas que duelen
miércoles, 19 de mayo de 2021
Vivir en grises
Uno de los dolores más fuertes de las personas que nos estamos quedando ciegas es el sentir que tienes que dejar de hacer las cosas que te apasionan. Leer, hacer puzles, dibujar, escribir… son todas esas cosas que te entretienen, que te sirven para despejarte, para sentirte mejor, y que de pronto un día te das cuenta de que ya no tienes la capacidad para hacer. Por suerte, yo aún no he llegado hasta ese nivel, sin embargo, ya van 3 o 4 días en los que me duelen tanto los ojos y tengo tan mala vista que no puedo hacer ninguna de esas cosas. Tengo antojo de hacer un puzle desde hace días, pero no soy capaz porque los ojos me duelen demasiado. Tengo muchas ganas de leer, pero tampoco puedo. Y si estoy escribiendo esto ahora es gracias al modo “Dictar” que tiene Word, porque escribir, ahora mismo, tampoco puedo.
Creo que es muy difícil para las personas que no tienen este
tipo de problemas entender hasta qué punto la vista es un sentido tan
importante. Soy consciente de que se puede vivir siendo ciega, y conozco a
personas maravillosas con mucha menos visión que yo y que aun así están
logrando sus metas y sus sueños, pero eso no quita que cada día me levante
envuelta en pánico pensando en ese día en el que al despertarme ya no vea nada,
que todo sea gris y que ya no pueda hacer un puzle, o dibujar, o leer.
En realidad sé que tengo mucha suerte, que podría ser mucho
peor, pero aun así no deja de dolerme algo que aún no entiendo porqué tuvo que
pasarme a mí.
Que en este momento cosas tan simples como coger el móvil,
responder mensajes, jugar a juegos… me sean tan complicadas es solo un pequeño
avance de lo que sé que será mi futuro más tarde o más temprano, y aunque
trabajo cada día para que esa pérdida total de visión llegue lo más tarde
posible, hay días, como hoy, en los que me siento una completa inútil. En los
que no puedo avanzar en un curso que me encanta, ni cuidar a mi hijo o mi sobrino, en los que no puedo despejarme,
en los que no consigo hacer nada para sentirme mejor.
Ojalá tener una varita mágica que todo lo cure, ojalá
aprender a vivir con la vista que me ha tocado, ojalá no sentirme como me
siento y ser capaz de ser más positiva o de tomar ejemplo de esas maravillosas
personas que me rodean y demuestran lo que es la verdadera superación día tras
día. Ojalá no sentirme tan pequeña.
Cuiden su vista, cuiden todos sus sentidos, porque no saben
el tesoro que tienen.
domingo, 9 de mayo de 2021
Antes de los veinte
Parece mentira cómo pasa el tiempo, cómo cambia todo. La vida que avanza, los sueños que se frustran, las cosas que consigues y las que nunca vas a lograr. Se supone que así es como funciona todo, que a todos nos pasa.
Pero están esos días en los que la tristeza te invade, en los que no recuerdas porqué eres feliz y de repente todo lo que te rodea deja de tener sentido. Parte de ti sabe que estás exagerando, que nada es tan malo, que hay muchas cosas buenas. Pero la otra siente que te engañas a ti misma, que lo que te rodea es una farsa, que en el fondo nada te sale bien.
No sé muy bien cómo hablar de esas cosas que me afectan y que tanto me duelen. No sé responder a la pregunta de "¿qué te pasa?". No sé cómo alejarme de lo que me hace daño sin perjudicarme más aún. No sé cómo hacer para que las cosas dejen de afectarme tanto.
Recuerdo aquel verano que pasé contigo, y cada beso que nunca pasó se viste de fantasma cuando estoy dormido.
Solo tú sabes...
Es tan complicado tomar decisiones y cumplirlas... sobre todo cuando no te gustan, cuando las tomas por un bien futuro que aún no ves en realidad. Cuando lo haces para protegerte.
Sé que mis sacrificios merecen la pena, sé que estoy donde quiero estar, sé que no voy a arrepentirme.
Sé que tengo que restarle importancia a las cosas que perjudican mi salud mental cuando realmente no lo merecen, o cuando no puedo hacer más de lo que ya he hecho.
No me importa el final del cuento, porque la trama la vivo más
Y cuando mañana alguien cuente mi historia, habrá una canción por cada vieja gloria
Porque sin errores nunca habrá un acierto, yo sé que es cierto.
Hoy me propongo cumplir mis objetivos, aunque sea poco a poco, aunque me cueste una vida entera. Y después me propongo relajarme, darme un capricho, hacerme un regalo. Quererme, cuidarme.
Este año mis amigas y yo estamos cumpliendo los 30, pero en realidad una gran parte de nosotras sigue en la adolescencia, en aquellos años donde fuimos felices, antes de los veinte.