Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

lunes, 13 de noviembre de 2023

No estoy sola

Hace mucho que no escribo, y creo que hoy que estoy malita y soy una persona bastante inútil en general, es un buen momento.
Lo que pasa es que es de esas veces que quiero escribir, pero no sé bien qué decir, cómo empezar, qué transmitir.

Tengo un millón de pensamientos en la cabeza y todos se enfurruñan y mezclan.

Puedo empezar diciendo que llevo dos semanas tremendamente feliz y en paz, desde aquella conversación a la que tanto miedo le tenía y que, en parte, tanto daño me hizo. Aún hay frases a las que le doy vueltas y que me tienen muerta de miedo y en una nube de inseguridad, pero a la vez, en el día a día, me siento cada vez más tranquila. Más yo. 

Por otra parte, puedo continuar explicando que esta semana ha sido demasiado difícil, que hablar con mi hijo, y sentirme tan sola en ese proceso, ha sido algo mucho más duro de lo que esperaba, y que ahora mismo vivo en un sentimiento de culpabilidad constante. Intento recordarme que tengo derecho a buscar mi propia felicidad, que a la larga mi hijo lo entenderá y será feliz también... pero a veces se me hace muy cuesta arriba.

Puedo seguir hablando de una de las cosas más increíbles que me ha dado mi "nueva vida", y es la hermandad tan inmensa y reforzada con mis niñas, Almu, Paula y Rocío. Sabía que Paula y Rocío estarían siempre ahí, pero descubrir que Almu también, sentirme tan aceptada y apoyada por su parte... simplemente ha sido increíble. Poder tener nuestro grupo, desahogarme, contar con ellas para que me rescaten cuando me hundo, que nos queramos tantísimo y lo demostremos continuamente... soy muy muy afortunada de tenerlas.

Sigo en el camino de amarme, aceptarme, disfrutar de mi misma y mi forma de ser. Sigo en el camino también de endurecerme un poco, e intentar que las cosas que no salen no me afecten tanto, de no rogar ni ir detrás de quien no muestra interés. Sigo en el camino de expresarme y decir lo que siento sin miedo, aunque me sienta vulnerable, aunque quizá, a veces, sea mejor para mí misma callarme.

La experiencia me ha demostrado que soy capaz de aguantar muchísimo, pero que cuando me voy... no soy yo la que pierde. Que soy capaz de pasar página y seguir siendo feliz. 
Y que soy fuerte, sin ninguna duda.

Es cierto que me encantaría que muchas cosas fueran distintas, más fáciles y sencillas, más tranquilas. Y es cierto que a veces es complicado aprender nuevas formas de amar, de cuidar y de sentir. 

Pero merece la pena. Claramente merece la pena. 

El martes pasado mi hermana lo dijo, y tiene razón... no tengo absolutamente nada que ver con la persona que era hace un año o hace seis meses. Estoy mejor, soy más feliz, y da igual cuanto dure eso o por qué razones haya sido, el caso es que voy en el camino que debo ir.

Y no estoy sola.