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lunes, 19 de julio de 2021

La necesidad de rendirse

He visto una película que me ha hecho llorar y me ha provocado muchas ganas de escribir. 

Debería acostarme ya, pero tengo la sensación de que si lo hago, mañana no seré capaz de levantarme. Llevo toda la semana igual, pero desde que mi hijo llegó tengo que obligarme a hacerlo cada día, y eso me está destrozando. En cualquier momento colapsaré y no sé qué pasará entonces.

Estoy pensando en la palabra dramática, en cuantas veces se ha usado para describirme, cuantas personas hay aún que a veces la usan para hacerme daño, como está intrínseca en algunas frases. Como sigue doliendo. 

A veces me gustaría volver a 2016. Siento que entonces lo tenía todo. Tenía autoestima, tenía planes, sueños, metas, tenía fines de semana de diversión, me gustaba lo que veía en el espejo. Era feliz. 

Tengo la sensación de que desde que acabé la carrera estoy perdiendo mi vida, que paso por ella sin más, sobreviviendo pero sin disfrutar, sin vivir. Supongo que el covid también ha influido, pero sé que no es lo único. Me echo de menos y echo de menos sentirme al menos un poco mejor. Sentir ganas de vivir, de hacer cosas, de moverme. Echo de menos las ganas de levantarme de la cama, que haya algo que me motive y que al despertar piense "que guay, hoy hago esto" Este fin de semana tenía dos planes y ambos los he cancelado por elegir a otros antes que a mi. No me arrepiento, pero estoy cansada. Me gustaría disfrutar algo, hacer algo que me llene y me haga feliz, Algo distinto.

Estoy tan cansada... cansada de sentir que quien quiero que esté no está, y quien está no me es suficiente. Soy demasiado exigente, o masoquista. O inmadura. 

Me encantaría que alguien viniera y me dijera "nos vamos a escapar tres días a algún lugar fuera de aquí, para que descanses de la vida, para que recuperes fuerzas, para que seas al menos un poquito feliz"

Me supera la tristeza y me duele el corazón, y estoy aquí pensando en mil cosas que me hacen daño y que aún así no puedo sacar de mi cabeza. 

Es todo demasiado complicado, es todo muy difícil, y yo no tengo fuerzas. Me superan todas las situaciones. Y tengo que seguir, levantarme, continuar. Y simplemente no puedo. No soy capaz.

miércoles, 14 de julio de 2021

Lo que yo haría

Te diría cosas bonitas a menudo. Te recordaría las veces que me has hecho bien, que me has hecho sentir mejor. Te mencionaría todo lo que has logrado y todo lo que has superado.

Cuando te viera en la cama, sin ser capaz de levantarte, me echaría a tu lado, o me quedaría simplemente cerca. Te diria que no pasa nada, que te puedes quedar ahí el tiempo que necesites y eso no te hace menos fuerte. Que cuando te veas más capaz, yo te ayudo a ponerte en pie.

Te propondría planes a menudo, de los que sé que te gustan. Aunque yo no tenga ganas ni me apetezcan. Te diría todo lo que me encanta estar contigo, lo bien que me lo paso a tu lado y lo feliz que me haces.
Te contaría historias o cosas bonitas, te hablaría todo lo posible, aunque solo fuera a través del móvil. 

Intentaría no dejarte solo. Aunque no fuera en la misma habitación, me quedaría cerca para que supieras que si lo necesitas, en cinco minutos estoy a tu lado. Me iría a vivir contigo si hiciera falta o te hiciera sentir mejor.

Te preguntaría qué puedo hacer por ti, qué necesitas, cómo puedo ayudar.

Pediría ayuda profesional para aprender a entenderte y tener más herramientas para ayudarte. Nunca me rendiría. Haría todo lo que hiciera falta para que tú fueras a un profesional, aunque tuviera que endeudarme. Animaría a cualquiera que te rodee y sea importante en tu vida a que también fuera para que te entendiera mejor.

También pediría ayuda profesional para mi, porque no es fácil lidiar con todo y sé que yo misma necesitaría ayuda, que a veces me vendría abajo y necesitaría mi propio colchón y lugar seguro, para así poder ayudarte de forma sana.

Haría todo lo posible por no perder la paciencia, incluso cuando te pusieras insoportable, o borde, o cero comunicativo.

Respetaría las veces que no te apetece hablar, o que no quieres estar con nadie. Te dejaría espacio sin hacerte sentir culpable.

Intentaría que ninguna de tus noches fueran en soledad. 

Cuando te viera mejor, te seguiría recordando cada día lo increíble que eres, haría todo lo posible por quitarte trabajo y cargas, para que tu mejoría no fuera hacia atrás. Seguiría proponiéndote planes, dándote ideas. Me quedaría contigo siempre que lo necesitaras, aunque solo fuera para estar sentados uno junto al otro en silencio.

Si de cara a la galería se te ve bien, normal, como si nada pasara, no me relajaría, seguiría cuidándote, siguiendo las mismas pautas, hasta asegurarme que tu "normalidad" es real y no sólo fachada, o al menos para evitar en lo posible que vuelvas a recaer en la oscuridad.

Te volvería a recordar todo lo bueno que has hecho, te diría cómo has aprendido de tus errores, te diría que no eres perfecto pero que siempre has luchado por mejorar, que has madurado y crecido.

Te ofrecería todo lo que tengo, incluso lo que no tengo pero puedo conseguir. Te dejaría claro que no me voy, que nunca me iría,  que eres mi ancla y contigo soy más feliz porque me ayudas a complementar mi vida.  Porque la enriqueces.

Te escucharía siempre que quisieras hablar, te daría consejo cuando lo pidieras. Te repetiría una vez más cosas bonitas.

Seguramente me equivocaría, a veces te agobiaría o me quedaría sin saber qué hacer. Por eso mi prioridad sería escucharte y respetar tus decisiones, aprender de mis fallos y seguir a tu lado.

Seguir a tu lado, eso sería lo importante. Recordarte en todo momento que estoy contigo, que no voy a decirte que no a lo que necesites, que te voy a proponer cosas para que te motives, para que te sientas mejor. Que si tu no eres capaz de recordarlo, yo te voy a decir todas las veces que hagan falta la suerte que tuvimos todos el día que te conocimos. Que eres una persona increíble y hacer cosas contigo hace feliz a cualquiera.

Renunciaría a lo que hiciera falta, haría todos los sacrificios que fueran necesarios, porque eres una de mis prioridades y quiero que seas feliz. Porque te mereces ser feliz.

Eso es lo que yo haría si te sintieras como me siento yo.
Si el mundo te aplastara y tus monstruos interiores ganaran la partida cada día. Si no fueras capaz de ver nada bueno en el espejo, y el cerebro se te bloqueara, dejándote incapaz de pensar en opciones que te hagan sentir mejor. Si la fuerza se marchara de tu cuerpo y te dejara completamente roto.

Ojalá nunca tenga que hacerlo.
Ojalá nadie se sintiera nunca así. 

lunes, 12 de julio de 2021

Llega la noche

Llega la noche y me pongo súper triste. 
Me preguntan porqué me acuesto tan tarde, o porqué me levanto tarde.
La realidad es que me da pánico enfrentarme a la almohada y los pensamientos que vienen con ella.
La verdad es que una vez que consigo dormir, no quiero despertarme para no enfrentarme a la realidad.

La vida me da mucho miedo. Las cosas que pasan, las que no pasan. 
Las que me gustaría que pasaran. 
La soledad. Esa que me aplasta por las noches. La que hace que me ponga tan triste que todo lo veo oscuro.
Llevo dos días sin levantarme de la cama. No soy capaz, todo me pesa, todo me duele.
Y se supone que tengo que ser fuerte y no lo soy.
El alma se me deshace, se descompone.
Y yo sigo llorando y no sé parar.

Vuelve a ser madrugada y vuelvo a no querer dormir. No quiero que la vida pase, no quiero que el mundo siga girando.

Quiero que vuelva mi gata. 
Echo tanto de menos a mi gata...


sábado, 10 de julio de 2021

"No" como primera opción

A veces es muy triste aceptar esas negativas. Ese primer "no" a casi todo. Las quejas, los refunfuños, los resoplidos... siempre como una molestia que le obligan a hacer.

En este tiempo me he dado cuenta de que le necesito más a él de lo que él me necesita a mi, y eso no es sano. Creo que de hecho el problema está ahí, en la palabra "necesitar". He sido fuerte muchas veces, aprendí a estar sola, sé ser feliz. 

Pero aún hay una parte de mi que no puede, que no es capaz, que se mantiene aferrada a lo que a veces me hace daño. 

Me embarga una tristeza absoluta ante cada "no", y a veces también me invade la rabia. La frustración, cuando recuerdo la cantidad de veces que pienso antes de hablar o actuar para evitar daños. Lo arrepentida que estoy cuando no lo hago y me dejo llevar. Las muchísimas ocasiones en las que digo "sí" como primera opción, aunque en realidad no quiera, porque hacer feliz a la otra persona merece más la pena.

El "no" es siempre su primera opción, y lo peor... es que ya empezamos así. Su primera respuesta fue un "no". Quizá debería haberme anclado a ello, haber continuado. Aprender. 

Cada nueva negativa es una rajita más en el corazón, una herida un poco más profunda que la anterior. Quizá en parte eso también haya influido en que esté tan vulnerable. Quizá necesito mas síes en mi vida.

Creo que, paradójicamente, cada "no" me hace más fuerte también. Me hace ver que tengo que aprender a seguir adelante sola. 

Tengo que aprender a decirme que sí a mi misma, a hacerme fuerte, quererme, aceptarme. Decirme que sí todos los días cuando me miro al espejo y cuando quiera hacer algo. Permitirme ser feliz.

Aunque la persona que esté a mi lado me diga que no.

Siempre he podido, siempre voy a poder.