Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

viernes, 3 de marzo de 2017

Puede

Puede que hoy me vaya a la cama llorando. Puede que vuelva a pensar en ti y a intentar entender todo lo que fui haciendo que no debía haber hecho, sobre todo porque mas que a nadie me hice daño a mi. Porque me di cuenta demasiado tarde de que no fui sincera conmigo misma, ni acorde con todo lo que me pasaba y como me afectaba todo.
Puede que hoy me vaya a dormir dándole vueltas a cada conversación, a cada día, a cada momento y cada frase. A cada sonrisa y a todas las veces que volví a casa con ganas de llorar. O incluso directamente llorando.
Y sigue sin ser tu culpa. Por la sencilla razón de que nunca fue tu culpa. Siempre fue la mía, por no quererme y conocerme lo suficiente. Porque no puedo reprocharte tu forma de ser, de vivir, de pensar. Pero si puedo reprocharme el haber aceptado tantas cosas que tanto daño me hacían. Puedo reprocharme todas las veces que me callé y me puse a mi misma en duda sobre mis actos. Y puedo reprocharme el haber tardado tanto en darme cuenta de que debía parar.
Puede que recordarte siempre me duela, pero no por echarte de menos, no por pensar que ojalá pudiera haber seguido contigo. Si no porque pasé meses hiriéndome sin razón lógica, sin sentido, sin casi nada a cambio. Yo fui una más, pero tu jamás podrás serlo, por la sencilla razón de que gracias a la relación que tuvimos pude ver quien soy, quien no soy, quien quiero ser. Y porque voy a tardar en reparar todo lo que me hice a mi misma.
Puede que vuelva a llorar mil veces más por tu recuerdo y todo lo que conlleva, y puede que un día me de cuenta de pronto de que han pasado meses sin recordarte, y entonces vuelva a llorar, o me eche a reír, o haga lo que hago ahora cada vez que un chico me habla solo con la intención de acostarse conmigo. Ya no.

Puede que esté loca, que sea dramática, estúpida, incoherente e inmadura. Sé que lo soy, sé que tengo mucho que cambiar. Pero también sé que cuando doy, lo doy todo. De mi, de lo que tengo, de lo que soy. Y no me arrepiento, y no dejaré de hacerlo. 
Aunque me hagan daño mil veces más, aunque me duela mil veces más. 
Lo que no pienso volver a permitir es hacerme daño yo misma, porque me he dado cuenta de que duele mas y tardo mas en recuperarme de eso que de cualquier daño externo que se me venga encima.

Puede que termine esta entrada entre lágrimas y que siga reprochándome muchas cosas mucho tiempo, pero estoy segura de que antes de que me de cuenta me habré perdonado, me sentiré mejor y seré capaz de mirar todos esos meses como lo que realmente han sido. Otra manera de aprender.

2 comentarios: