Echo de menos que quieras estar conmigo.
Sentirme segura, tranquila, feliz.
Echo de menos no tener que pedir las cosas, o no necesitarlas. Echo de menos pensar que todo va a salir bien.
Te echo de menos.
Echo tanto de menos la sensación de seguridad que me duele todo el cuerpo solo de recordarla.
Sigo anclada aquí, a algo que no sale, que no sirve, que no está.
Y miro a mi alrededor y no veo nada. No hay nada atrás, no hay nada delante, no hay nada aquí.
Y estoy sola en medio de un montón de gente.
Porque soy tan masoquista que solo te quiero a ti, pero tu no estás.
Y caigo en una desesperación absoluta que me lleva a extremos tan nocivos que no entiendo como sigo sobreviviendo.
Todo es oscuridad. Toda la luz se ha marchado.
Y yo te sigo echando de menos.
Y me doy miedo. Y el miedo me puede. Y al final gana.
Porque ya estoy demasiado cansada y mi corazón no aguanta, mi cabeza no puede.
Si hubiera aprendido a no necesitarte...
Y ya es demasiado tarde. Ya estas en cada hueco, en cada hueso y en cada rincón.
Es imposible seguir sin ti.
Pero tampoco contigo.
¿Quién me hizo dependiente y quién me mantiene?
¿Cómo he sobrevivido?
Lo he intentado. De verdad que lo he intentado.
Pero no puedo.
Soy egoísta, cobarde y débil.
Y no merece la pena.
Soy todo lo malo que dijeron de mi, soy todo lo malo que pienso.
Soy todo lo que ven aquellos que ya no me quieren, y que es invisible para los que me aprecian.
Soy la sombra de lo que podría haber sido.
Te sigo echando de menos.
Y ojalá aparecieras en mi puerta y me dijeras que todo irá bien.
Pero eso nunca ha pasado.
Ya es tarde para mi. Para nosotros.
Ya no sé salir.
Ya no puedo.
El amor conoce mejor que el odio. Eres todo lo bueno que escuchas de quienes te conocen y te aman.
ResponderEliminarEres el susurro de un abrazo, que está ahí, bajo los gritos que ensordecen tu visión.
Eres la luz que ve sombra y piensa que todo está oscuro, porque no se da cuenta de que ella es la luz.
Eres mi amiga, mi Irene, y saldremos juntas de aquí cuando te sientas preparada.
No te exijas poder ahora.
Permítete ser cuidada por quienes te aman.
Permítete descansar un rato y retomar el camino.
Permítete la oportunidad de comprobar que la vida puede ser diferente, más amable y más bonita también para ti.
Permítete tiempo.
Te quiero.