Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

martes, 2 de enero de 2018

Con una estrella en cada mano

Rabia.

Me encantaría titular esta entrada así, pero ya hay una con ese nombre, y no quiero repetirme. Intentaré pensar el título mientras escribo.

La rabia nos dirige mucho más de lo que nos gustaría, la rabia nos guía y nos hace tomar decisiones de las que quizá luego nos arrepintamos.
Me gustaría saber como expresar toda la rabia que llevo acumulando este último mes. La que intento controlar cada día para que no explote, razonando, entendiendo. Siendo empática.

Siempre justifico a la gente que me hace daño, porque si son personas a las que quiero las conozco lo suficiente como para saber porqué hacen las cosas. Pero a veces sé que me paso, hay veces en las que soy consciente de que justifico cosas injustificables, a personas injustificables.

Y entonces me pregunto qué debo hacer conmigo misma. Me pregunto cómo controlar la rabia sin justificar al que la provoca, ¿cómo voy a no odiar a quién me hace daño si no le justifico? Supongo que se trata de trabajar la indiferencia. Me dan rabia las cosas porque las hacen personas a las que quiero, personas que me importan y que siguen afectándome aunque ya no estén en mi vida. Y tengo que aprender a que esas personas me sean indiferentes, porque es la única manera de dejar atrás la rabia sin idealizarlas, sin justificarlas.

Creo que estoy escribiendo muy mal, pero es que tengo rabia acumulada. Tengo mucha rabia. Y estoy escribiendo intentando controlar el volcán que llevo dentro y que quiere explotar. Y tengo que respirar, y pensar en otras cosas, y no lanzarles cuchillos a las personas que me están provocando esta rabia. Pero es sumamente difícil. Y me duele el pecho.

Supongo que soltar la rabia es algo necesario, aunque sea despotricando sin sentido y sin orden. Pero al final relaja, como me ha pasado ahora. He parado de escribir aquí para desahogarme con amigas, y me he renovado por dentro. Ahora respiro mucho mejor.
Al final la gente que está es la que consigue hacerte sentir bien cuando tu sola no puedes.

Y con esas personas me quedo. Con las que se quedan conmigo.



Nadie dice nunca cómo se hace nada, 
Nada es lo más cerca que hay que comprender cómo se destruye todo sin saberlo ni querer. 
Nunca imaginamos que doliese tanto, nunca imaginamos que podría pasar, 
Y nos dio por despreciarnos, y nos dio por disparar. 

Nada es más difícil que vivir muriendo, 
Nada es más difícil que seguir en pie cuando sólo estas sufriendo, y eso tú lo sabes bien. 
Y duele porque quieres de verdad, duele cuanto más lo intentas, 
Duele porque tengas que luchar, duele porque no despiertas 
Y porque pasará la vida, y tu siempre seguirás preguntándote por qué la culpa siempre te ha encontrado. 
Mira bien detrás de ti, verás como todo ha terminado. 
Si la rabia no te olvida es porque tú no has olvidado. 
Yo aprendí a sobrevivir con una estrella en cada mano. 

Y el rencor nos vio de cerca y nuestros ojos se cerraron, y ahora sólo somos dos que se quisieron demasiado. 
Luego el miedo se quedó a dormir, y nos acostumbraros a entender cómo vivir con lo poco que ha quedado.

Preguntándote por qué la culpa siempre te ha encontrado, 
Ojalá perdones tú, la vida ya te ha perdonado. 
Te deseo lo mejor, la guerra ya se ha terminado, 
Yo estaré cerca de aquí, con una estrella en cada mano.



He compartido mil veces esta canción, y la compartiré mil veces más, pero es que es exactamente eso, lo que dice.

Por cierto, ¡Feliz año!

No hay comentarios:

Publicar un comentario