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miércoles, 31 de enero de 2018

Esto también pasará

Cuenta una leyenda que hace muchos años, un Rey de un poderoso reino convocó a sus sabios y consejeros, y les dijo:

                -He encargado a mis joyeros un precioso anillo, en el que deseo grabar una frase que me ayude e inspire en mis momentos desesperados. Una frase que me ayude a tomar decisiones. Una frase que me ayude cuando me sienta perdido. Una frase que me ayude a ser un Rey más justo, sabio y compasivo

Sus asesores y consejeros, los sabios más cultos del reino, se dispusieron a escribir las frases más extraordinarias. Pero el Rey las rechazaba. No le llegaban. No eran suficiente.

Como suele ocurrir en las leyendas, apareció, de no se sabe dónde, un anciano, humilde, pero que de algún modo transmitía seguridad y sabiduría. Le dijo:

                -Majestad, ha llegado a mis oídos que busca La Frase, La Frase que le sirva en las situaciones complicadas de la vida.

                -Efectivamente, – contestó el Rey. – ¿Crees que puedes ayudarme?

                -Tengo la frase en este papel.

El Rey, raudo e impulsivo, se dispuso abrirlo; pero el anciano le dijo que no podía leerla hasta que estuviera en una situación desesperada. Sin saber muy bien por qué, pero sintiendo la certeza de que debía seguir el consejo del anciano, guardó el papel, y además le ofreció al anciano ser su acompañante.

Unas semanas más tarde, el Rey se vio metido en una gran emboscada. ¡Estaba desesperado! ¡Huía con su corte por el bosque, tratando de escapar de quienes le perseguían! Pararon en un claro, miró al anciano, que a su vez le miraba tranquilo y confiado, y recordó el papel. Lo sacó, lo leyó. Decía:

Esto también pasará


El desconcierto que sintió en un primer instante, poco a poco se transformó en calma y confianza. ¡Efectivamente! ¡Esto también pasará! El Rey estaba entusiasmado. Casi de manera automática respiró profundamente, aliviado.

                   -¡Gracias, gracias! -le repetía una y otra vez al anciano. – Esta es la clave. ¡Por fin!

A lo que el anciano respondió, sonriendo, lleno de amor y compasión:

                   -Esto también pasará.

Aunque no lo creamos, aunque estemos en un el peor de los momentos, hemos de tener la certeza de que todo pasa. Lo único que permanece es el cambio, como dijo hace ya mucho tiempo el sabio griego. Todo pasa. Ese momento terrible pasa. Pero ese momento de extrema excitación y placer también pasa.

No existe el placer sin el dolor. Ni la alegría sin la tristeza. Ni el valor sin el miedo. Es la VIDA. La VIDA en la que TODO PASA, y por la que todo pasa.


Esto que tanto te preocupa ahora… también pasará

Y eso que tanto te gusta ahora… también pasará


No desesperemos, no desconfiemos. La vida siempre tiene un final feliz. La vida siempre tiene un FIN perfecto. Cuando estemos en una situación difícil, seamos conscientes de lo temporal de la situación. Esperemos a que pase el nubarrón. Y cuando estemos disfrutando, y nos vengan quizás pensamientos de “esto se va a acabar”, o nos sintamos tentados a agarrar fuerte a esa persona o a esa emoción o a ese momento, recordemos también que esto también pasará. Disfrutemos entonces de cada instante agradable, sin miedo. Y esperamos confiados en los momentos incómodos.





A veces necesitas respirar hondo, dejar la mente en blanco, concentrarte en el aire que entra y que sale de tus pulmones, agradecer la vida que tienes, la gente que tienes, la suerte que tienes... y olvidar todo lo demás. 

Llevaba dos días en los que por fin había recuperado el ánimo y las ganas de seguir adelante, he estado motivada y con ganas de todo. Anoche se me hundió un poco al volver miedos que pensé que estaban olvidados. Esta vez por fin me he dado cuenta de que realmente jamás se irán. Ella siempre estará ahí, a la vuelta de la esquina, esperando la mínima oportunidad para volver a su vida y de camino, sea queriendo o no, atormentar la mía. Por lo tanto se trata de practicar, pararme, respirar hondo, calmarme... y dejar que los miedos queden controlados mientras recuerdo que mi vida la manejo yo, y yo decido qué es lo que me afecta. 
Ha demostrado muchas veces quién es, las cosas siempre caen por su propio peso, y mi hijo jamás dejará de quererme, adorarme y de querer estar conmigo, ya me encargaré yo misma de asegurarme de ello.

Desde que esta mañana leí este cuento y me paré a respirar y a mirar las cosas con perspectiva he estado mucho más tranquila y desde que ayer esa persona maravillosa me propuso e hizo ver una forma muy útil para salir de esto, creo que tengo muchas posibilidades de comenzar, aunque sea en un futuro lejano, a estabilizar mi vida y mis emociones.

Esto también pasará

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