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jueves, 7 de diciembre de 2017

Cuando el alma duele desespera

No sé cómo empezar a escribir ni como ver las letras con los ojos empañados. No sé cómo soltar toda la maraña que llevo dentro. No sé cómo parar. Cómo seguir. Me ahogo.

¿Por qué tanta indiferencia? ¿Por qué esa muestra de indiferencia total ante todo? ¿Por qué os empeñáis en hacer daño a base del "me da igual"?
Estoy harta de esas personas, de las personas que saben que las quiero y se quieren convencer de que no es así, y a mi me muestran desprecio, indiferencia, enfado. ¿Por qué?

Siento que me falta el aire y que necesito llorar ocho años seguidos. Siento que vuelvo a febrero de 2008 y que el mundo se está parando. Y joder, sé que no es así, sé que va a seguir adelante, siempre, y que irá a mejor. Pero me duele demasiado ahora mismo, me duele todo, me quema el alma.

Siempre igual, siempre la misma historia, una y otra vez, y otra, y otra y otra y otra. Y no puedo. Y me canso, y me duele, me duele, me duele. Me duele todo.
Y a ti no te da igual pero no me entiendes. Y me siento imbécil, y mi orgullo se está yendo a la mierda y soy absolutamente ridícula. Realmente soy la persona más ridícula del mundo.

Ojalá estuviera sola en casa, para pegar de verdad todos los gritos que estoy pegando por dentro. Me estoy volviendo loca.

Nunca soy lo suficientemente buena. Nunca hago las cosas bien. Nunca. Nunca soy suficiente. 

Hace tres años le estaba recordando a cada segundo mientras él estaba con ella. Y ahora estoy muriéndome por dentro mientras a él le soy por completo indiferente. Y esa es la puta historia de mi vida. Siempre. 
Siempre soy mientras no haya otra. Y nunca soy buena. Solo soy un sueño idealizado que no sirve para nada. Solo es un sueño idealizado que no es real.
Y tengo que mentalizarme, y tengo que romper altares. Y tengo que romper sueños y volver a construir otros. Y tengo que sobrevivir. Y llorar. Y volver a sobrevivir. Y mantenerme fuerte.

Y estoy cansada de pasarme la vida luchando. Luchar. Qué mierda de palabra. Qué mierda todo lo que significa y todo lo que trae.

Y digo nunca más y siempre vuelvo. Siempre. Soy gilipollas. 

Ha llegado mi gata. Ya casi no me deja escribir. Está sonando "Quién" de Rosana. Aún no he hecho la maleta y tengo que poner la ropa en la secadora.
Estoy mucho más tranquila.
Ella me salva.
Gracias, Mimi.

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