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miércoles, 13 de enero de 2016

7 de Diciembre de 2004

Bueno, pues mi primera entrada toca hoy, 13 de Enero.
No sé muy bien como empezar, la verdad, tengo mil cosas en la cabeza y no sé como ordenarlas y ponerlas en su sitio para que cobren sentido sobre el "papel"

El chico de hoy se llamará Amarillo.

Recuerdo muy bien aquella relación, recuerdo muy bien al chico, recuerdo lo que aprendí y lo que me dolió
Pero me he dado cuenta de muchas cosas bastantes años después, cuando he crecido. A veces pasa que tienes unos recuerdos y unos sentimientos en la cabeza, tan grabados que solo ves eso, y de pronto un día vuelves a reflexionar y te das cuenta de que quizás tenias una visión de las cosas que no es acorde con la realidad, que tus sentimientos te han jugado malas pasadas

Con este chico me pasó eso. Muchos años he sentido hacia él una mezcla de amor/odio que ni yo misma comprendía, pues me hizo mucho daño, pero aún así, no se porqué, siempre he buscado el seguir gustandole, nunca llegué a apartarlo del todo.
Creo que ahora sé porqué me pasaba. Creo que me pasaba porque mi yo de trece años era una persona que ni a mi misma me gustaba, y por lo tanto lo que queria era gustarle a los demás para sentirme mejor.

Voy a volver al principio de todo esto. 
Él llegó en una época de mi vida en la que yo estaba completamente enamorada de otro chico (le llamaremos Morado). El chico que me habia dado mi primer beso y que ya no quería saber nada de mi. Estaba loca por él, pero intentaba olvidarle, pues no me hacía ningún bien.
Entonces conocí a Amarillo y me encantó, no se que tenía, porque de hecho fisicamente no es ni era mi tipo para nada, pero algo pasó que me enganchó por completo. El principio lo recuerdo como algo precioso, pero luego se fue apagando, él se iba a su pueblo tan a menudo que casi no nos vimos en el mes que estuvimos juntos (quizá por eso llegamos al mes) y yo lo pasé muy mal por ello. ¿Que fue lo peor? que apareció Morado, que tenía la manía de aparecer cuando yo estaba bien con alguien, y me cegué por completo. De pronto pensé que quizá quería volver conmigo, que aún había esperanzas... 
En fin, el caso es que Amarillo, tras las navidades, volvió de su pueblo, y vino con un regalo para mi por haber hecho el primer mes juntos, una alianza con nuestros nombres y la fecha. Era la primera vez que me regalaban una, y por un lado me emocioné muchisimo, y por otro me agobié aún mas, porque yo ya estaba pensando en dejarle.
Entonces llegó ese fatídico día que aun me atormenta a veces. Morado vino a mi casa de improviso, y como yo estaba sola, entró y nos pusimos a ver una peli, se sentó a mi lado en el sofá y me pasó el brazo por los hombros, recuerdo mi corazón a mil de emoción, de ganas, de ilusión...pero llegó Amarillo, y yo, en vez de ser lógica y pasar de Morado, me quedé con él, y al que ignoré por completo fue a Amarillo, sentado en otra parte del sofá, mientras Morado seguía con su brazo por mis hombros, casi abrazado a mi. 
Cada vez que recuerdo ese día y me pongo en la piel de Amarillo, me siento la peor persona del mundo, y pienso en lo niñata que yo era, en lo mal que manejaba las cosas. A partir de ahi todo fue mucho peor, y entre unas cosas y otras, Amarillo me dejó aquel 13 de Enero, a través de un sms, diciendome que me dejaba porque era lo que yo quería. Y me lo dijo enfadado, y su enfado duró mucho tiempo.

Hasta aquí sé que la que hizo mal fui yo, sé que me comporté como una imbécil, sé que él me queria y que yo le hice daño, sé que fui su primera novia y que fue una experiencia que no querria repetir nadie, lo cual es muy triste, y sé que él tenía todo el derecho del mundo a estar enfadado.

Lo malo viene cuando por estar enfadado empiezas a hacer daño deliberadamente. Y él, a partir de ahí, empezó una época de hacerme muchisimo daño de muchas formas distintas.

Toda mi vida me han insultado, en el colegio, en el barrio, en la calle... siempre me han dicho fea, siempre me han buscado defectos y me han hecho sentirme la mayor mierda del mundo, siempre han juzgado mis actos y me han puesto nombres, siempre me han llamado puta. 
Y él también lo hizo, muchas veces, insultar mi físico, hablar mal de mi allá donde iba.... en ese momento creia que en parte me lo merecía, él me pidió perdón muchas veces y yo le perdonaba, pero luego siempre volvía a hacerlo. Al final las cosas fueron cambiando un poco y él se relajó, pero lo cierto es que nunca he olvidado todo lo que me dijo, todo lo que lloré, lo mal que me sentí, como me destrozó a veces con una simple palabra o una frase. 

Formó parte de mi vida muchos años, de una manera o de otra. Volvimos a besarnos mas veces, volvimos a caer en esa atracción que ambos sentiamos sin saber muy bien porqué. 
Hasta que me salvó la vida.
Hay algo de Amarillo que jamás olvidaré, dos momentos concretos que tengo muy clavados dentro de mi.
Años después de que Amarillo y yo nos conocieramos, acabamos estando en el mismo instituto, y en cuarto de la ESO tuve un novio del que me enamoré por completo y hasta la médula, y me dejó, destrozandome. Pasé una época horrible de la que os hablaré en la entrada que le corresponderá a él, pero os puedo decir que me queria morir, que no salia de casa, que no tenía fuerzas ni ganas para nada. Y un día de los que fui a clase, me encontré a Amarillo en el pasillo, me vio la cara y me dio tal abrazo que me puse a llorar, rompiendome, y el me abrazó mas fuerte y me hizo sentirme mucho mejor. Os juro que jamás olvidaré ese abrazo, jamás olvidaré lo que significó para mi, la fuerza con la que me lo dio, el cariño que me demostró. Ese mismo fin de semana, apareció en mi casa para obligarme a salir, literalmente, porque yo no quería hacer nada y él se emperró en que yo tenía que recuperarme, tenía que salir de casa y volver a ser feliz.
Y lo consiguió, me hizo volver a ser feliz. Me hizo salir de casa, me presentó gente, me hizo divertirme, sonreir... 
No recuerdo muy bien que más pasó después de aquello, una vez que ya me recompuse, sé que él volvió a hablar mal de mi a algunas personas, y sé que poco después de eso fue cuando ya dejamos de tener relación por completo. Desde entonces no ha vuelto a aparecer en mi vida mas que en algunas ocasiones sueltas sin nada destacable (aunque he de decir que en la última volvió a salvarme la vida al dejarme un libro que me hizo aprobar historia)

Siempre que pienso en él lo hago de forma agridulce, porque la verdad es que cuando te insulta alguien a quien quieres y que crees que también te aprecia, duele el triple que cuando lo hace gente que no te importa, y él me importaba, realmente me importaba, aunque no supiera hacer bien las cosas con él o no supiera llevarlas. Pero cuando recuerdo el daño que me hizo, automaticamente cambio el recuerdo por aquel abrazo, e intento pensar solo en positivo, en el bien que me hizo y no en el mal.

Durante muchos años le "odié" porque en mi cabeza solo estaba el daño que me había hecho, hasta que un día reflexioné y empecé a ver también el daño que le había hecho yo. Me di cuenta de que nos pasamos la vida juzgando a los demás sin mirarnos antes a nosotros mismos. Sé que es buena persona, sé que le importa la gente que lo rodea, y sé que no le gusta hacer daño y que cuando lo ha hecho después se ha sentido fatal. Y lo que sé de nosotros es que fue alguien muy importante en mi vida, que me marcó por muchas razones, y al que no voy a poder olvidar jamás

La alianza que me regaló Amarillo estuvo en mi dedo muchos años (hasta que se rompió), acompañandome y recordándome que no hay que fiarse de nadie, ni siquiera de una misma, y quemandome la piel a veces con los recuerdos y las experiencias. Ojalá pudiera seguir llevandola, me sentía mucho mejor cuando la tenía conmigo, y es un objeto que me une a mi yo del pasado para ayudarme a seguir, igual que en una ocasión hizo él.

Mi yo de trece años era muy imbecil a veces, pero mi pasado no dicta quien soy, y la chica de hace once años puede estar orgullosa de esta versión que tiene ahora 24, porque me queda mucho por mejorar aún, pero estoy aprendiendo, y eso es lo único que importa



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