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miércoles, 4 de mayo de 2016

Con tu armadura de cristal

Tengo un problema con las fechas. Se me clavan. Soy capaz de recordar fechas de acontecimientos de hace muchos años, y cuando caigo en dichos acontecimientos y pienso "hace X años ocurrió esto", a veces duele.
Otras veces me siento crecer, al ver lo que ha cambiado y lo que no, al verme a mi misma y gustarme mas que la Irene de mis recuerdos. 
Supongo que eso es bueno.


Cada vez hablo menos con la gente que me rodea y me guardo mas las cosas para mi misma, no se si es algo en mi que está cambiando o si es solo producto de las circunstancias, pero la consecuencia que tiene es que no paro de escribir. Bendito blog que me salva la vida.

En realidad quería escribir otra cosa, pero algunos pensamientos no se pueden publicar, así que me quedo con parte de los que me rodean ahora mismo para al menos poner en orden una sección de mi misma
Soy la tonta que vive enganchada a los sueños, a las ilusiones. La idiota que se pone canciones que le traen recuerdos de momentos que nunca volverán, la niña disfrazada de adulta, mujer, madre.

Con diez, once y doce años, Rocío y yo teníamos amores platónicos, de esos que crees que llegarán, de los que analizas cada gesto, mirada o palabra de la otra persona hacia ti y los conviertes en una nueva esperanza que te hace dormirte con sonrisa de tonta, que te crea películas en la consciencia que te hacen feliz. 
Echo de menos esa inocencia y sencillez del amor en aquellos años, antes de que llegara el mundo real y lo destrozara, de que nos hiciera abrir los ojos demostrándonos que después de los besos llegan las lágrimas. 
La de lágrimas que derramé yo por aquel primer chico que me besó... era un grifo automático que con solo verle se abría 
En cambio hoy le veo de vez en cuando y solo recuerdo las sonrisas que me provocó


Tengo también ese defecto de recordar solo las partes buenas, excepto con un chico, del resto siempre me superan los buenos recuerdos que los malos, aún no he decidido si eso es bueno o malo.
Quizás algún día conozca a alguien que me abra de nuevo las puertas de la ilusión y la esperanza. 

Uno de mis ex me dijo hace poco que jamás encontraría a nadie que me quisiera como él. Y yo le di la razón porque realmente así lo creía. Pero desde entonces esas frases que me dijo me machacan, y a veces me provocan ganas de llorar ¿de verdad ningún chico va a quererme tanto como yo le quiera a él? ¿Estoy destinada a que siempre tengamos la balanza desigual?

Vivo en mi eterna lucha interna, la parte racional contra la irracional.
Mi parte racional sabe que será muy difícil, por no decir imposible, encontrar a alguien, y realmente cree que no lo necesita ni lo quiere, que son mayores las desventajas que las ventajas
Y luego está mi parte irracional, esa influenciada por películas Disney y de comedia romántica, que cree que algún día daré con ese chico que me quiera tanto que todo merecerá la pena, porque yo sentiré lo mismo por él. 
El que me sepa querer y con el que yo aprenda a hacerlo.

Aunque sinceramente, (y en esto están de acuerdo ambas partes) espero que aún tarde mucho.

Hay una canción de Funambulista con la que me he sentido identificada todos estos meses

"¿Y ahora quien te va a amansar cuando salgas fiera, cuando falte voluntad, cuando te deshielas? ¿Y ahora quien te va a abrazar cuando te deshielas?
¿A quien vas a mostrar tus cicatrices, tu rabia por vencer los imposibles, tu salto que es mortal y te hace libre, tu forma de besar, que es invencible?"


La respuesta a esas preguntas me ha estado carcomiendo por dentro desde que estoy sola, estoy tan acostumbrada a tener pareja, y la he tenido durante tantísimos años, que ya no se como era estar sola y luchar con una misma sin ayuda. 
Pero creo que empiezo a ver la respuesta a todas esas preguntas, porque a quien necesito, es simplemente a mí.

Y me siento bien, porque cada vez me acostumbro más a estar sola, y es algo gratificante.

Me caigo de sueño y aquí sigo, sin conseguir poner mi cerebro en pause. Deseadme suerte mañana para madrugar.

Gracias blog, por dejar que me vuelque en ti.

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