Moriré, pero moriré amando.
Amando cada centímetro de su piel y cada vello erizado de mi cuerpo al verle.
Amaré cada sensación que me provoca, amaré mi sonrisa de tonta y mis desvelos en la noche.
Me darán igual todos los contras, las demostraciones de lo que podrá ser y lo que no será.
Me hundiré en cada recuerdo placentero, para envolverme con ellos cuando la tristeza me persiga.
Y moriré amando, porque amar es la única forma de estar viva.
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