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domingo, 7 de febrero de 2016

Volver a la realidad

Te echo de menos. Claro que te echo de menos, ¿Como no voy a echarte de menos? Echo de menos tus partes buenas, esos momentos en los que me sentía la persona mas feliz del mundo simplemente porque te tenía a mi lado, echo de menos tu forma de hacerme reír, tus caricias, tus besos, tu sonrisa. Echo de menos también el sexo contigo, no solo por el simple placer, sino por la complicidad y confianza que compartíamos, por las risas, las miradas, sentir tu piel junto a la mía. Echo de menos todo eso y más, porque has sido la persona con la que mas cosas he compartido, la que cambió mi vida para siempre.
Y cuando pasan días como el de ayer, en el que por un momento pareció que todo podría ser como antes, me duele el alma. Me duele porque recordé mas que nunca todo eso que acabo de describir, porque sentir tu mano en mi piel fue como volver a sentirme en casa, en familia, como sentir que recupero una parte de mi. 

Pero luego vuelvo a la realidad, recuerdo de quien te rodeas ahora, recuerdo todo lo que nos hemos hecho y todo lo que ha pasado entre nosotros. Recuerdo tus partes malas, y también las mías. Recuerdo nuestra vida juntos, mi forma de estancarme a tu lado. Recuerdo todo lo que he conseguido desde que ya no estás. Recuerdo los gritos, los llantos, el sentirme la peor mierda del mundo. Recuerdo las veces en las que no era feliz y buscaba los brazos de otra persona, cosa que odio recordar pero que es cierta, recuerdo cosas que odio de mi misma, recuerdo todo lo que era y que no quiero volver a ser.
Recuerdo todo ese dolor, ese romperme por dentro, esa sensación de que me hundo para siempre sin posibilidad de volver a subir, ese hueco en el pecho que me dejaste, que me sangró durante tantísimo tiempo, que aún sangra a veces cuando le miro a él y recuerdo que nunca nos verá juntos. Cuando recuerdo que lo único que siempre quise, jamás lo tendré.

Pero ¿sabes? Sobreviví. Conseguí seguir adelante y curarme las heridas, he conseguido ser mejor persona. Estoy consiguiendo mis metas. Si sigo así, este año por fin seré universitaria, ¡Universitaria! Después de tantos años...
Gracias a todo lo pasado contigo he descubierto cosas de mi misma que no sabía, tanto buenas como malas, y he descubierto como son los que me rodean, quien es mi familia, mi verdadera familia. Y he crecido. Y me siento mejor.

Siempre intento no hablar mal de ti, y cuando lo hago siempre añado que si te preguntan a ti dirás cosas iguales o peores de mi, porque al fin y al cabo las versiones dependen de quien las cuenta, y nadie es tan bueno ni tan malo. Pero aunque no seas ni tan bueno ni tan malo, lo que si tengo claro es que no te quiero en mi vida, que no te quiero a mi alrededor mas de lo necesario.

Aunque a veces cueste, aunque aún te eche de menos.

A veces pienso que te echaré de menos toda la vida, quizás es algo que nunca podré evitar, igual que seguramente mi madre echa de menos a mi padre. Pero también, precisamente por ese mismo ejemplo que tengo en ella, por lo que he vivido yo con ellos, se que no voy a caer en esas ganas de volver a tenerte cerca, y que haré lo imposible por no caer nunca.

Siempre por él, porque el primero en mi vida es él, y porque jamás dejaré que sufra como sufrí yo.
Y también porque no dejaré que vuelvas a romperme. Porque quiero ser siempre yo, y porque ahora soy fuerte y pienso seguir así.

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