Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

lunes, 12 de febrero de 2018

Siempre

Hoy me he enterado de que te has casado.
Ha sido una mezcla entre alegría por ti y sentir que se me rompía el corazón.

Sé cómo eres y sé cómo soy, y sé que si te acuerdas de mi alguna vez, es casi con desprecio, y no con el cariño y el dolor con el que te recuerdo yo.
No sabes cuánto te echo de menos. No te haces una idea de las veces que me acuerdo de ti y pienso cómo fue posible que la hermandad que teníamos derivara en esto, en no saber de tu vida, en que no sepas de la mía. En enterarme de las cosas importantes por terceros y de casualidad.

Cada vez que recuerdo todo lo que pasó, el cómo acabamos, aquel "ok"... no paro de darle vueltas a qué fue lo que hice que fue tan grave, ¿tan fuerte fue volver a verle y simplemente tener una conversación? ¿Qué más fue? Porque tuvo que haber algo más que a día de hoy aún no sé. Seguramente nunca lo sabré.
He aprendido a vivir con ello, y hace ya tiempo que la época en la que fuiste mi hermano está en mi mente como un recuerdo nebuloso, como algo de hace mucho tiempo.
Han pasado diez años de la época verdaderamente buena, han pasado seis desde la última vez que hablamos.

Ojalá todo hubiera sido diferente. Ojalá hubiéramos sido diferentes. Ojalá siguieras en mi vida, pero siguieras bien.

Pese a todo, enhorabuena. Y gracias por todos los años buenos que me diste, y por haber sido un pilar tan importante que, excepto al final, nunca me dejó sola. 
Te quiero, siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario