Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

lunes, 18 de septiembre de 2017

Pérdidas

Últimamente he estado pensando mucho en eso que solemos decir de "he perdido a alguien".
He llegado a la conclusión de que a las únicas personas que perdemos son a aquellas que nos quita la muerte, pero que el resto no son pérdidas.


¿A quién he perdido yo? Siempre he usado ese término para novios o amigos que ya no están, personas que una vez fueron importantes en mi vida y que ahora ya casi no están en ella. Pero no los perdí, ¿verdad? Lo que pasó fue que no los cuidé, o no me cuidaron. No se pierde a alguien por arte de magia, se pierde por muchas razones, y hay que asumir la propia culpa para evitar repetirlo.

Hace ya más de diez años, yo perdí a Rocío. Nos perdimos mutuamente. Y fue porque no nos cuidamos, fue porque no nos tuvimos en cuenta la una a la otra y, aunque sin querer, nos hicimos daño. ¿Cómo nos recuperamos? Hablando, queriéndonos, y dejando a un lado el orgullo. Ella me pidió perdón por haberme abandonado y haberme hecho daño, y yo hice lo mismo con ella. A veces sentimos que nos han traicionado a más no poder, pero también, a veces, merece la pena perdonar de verdad esa traición. 
Recuerdo que me sentí muy traicionada por Rocío en aquella época, y sentí que no me valoró ni me quiso. Luego comprendí que a veces nos ciega el egoísmo, porque ella sintió lo mismo por mi parte, ¿quién tiene razón entonces? Pues las dos. Porque las dos nos hicimos daño, y ninguna lo hizo de forma consciente.

Desde aquel día que hablamos y vi que Rocío seguiría conmigo, supe que nunca se iría, que habíamos superado algo muy difícil, y que si tras eso habíamos conseguido seguir, podríamos con todo. Porque nos queremos, porque somos hermanas.

También perdí un día a mi otra mejor amiga, esa que tenía desde que tengo recuerdos, mi Cristina, mi hermana. Y recuerdo que le eché la culpa por completo a ella. A día de hoy a veces aún lo hago. A ella la perdí y no la recuperé, a pesar de que también hablamos para arreglarlo. ¿Cuál es la diferencia entre ella y Rocío? ¿Por qué a Rocío la recuperé de verdad y a ella no? 
Porque ninguna hemos hecho el esfuerzo real de recuperarnos. Porque aunque habláramos en su momento, y aunque a día de hoy de vez en cuando nos preocupemos por la otra, aunque nos sigamos queriendo... realmente no pusimos interés en recuperar lo que un día tuvimos. Y eso hay que reconocerlo, de nada sirve decir "yo lo he intentado pero ella no". Es verdad que a veces una parte lo intenta de verdad y la otra parte no hace esfuerzos, y ahí pues no hay mucho que hacer, pero concretamente en mi caso... eso solo me ha pasado una vez, con Jony. El resto de "pérdidas" no han sido pérdidas, han sido amistades que no se cuidaron y que no se puso esfuerzo en recuperar, por ninguna de las partes.


Las relaciones siempre son cosa de dos, siempre. No hay excepciones, no hay forma de echarle la culpa al otro por completo y decir "yo no hice nada", porque lo único que harías sería engañarte a ti mismo, y eso al final no sirve de nada.
Es verdad que Cristina me hizo daño, muchísimo daño. Y recuerdo aquel vacío en el pecho al pensar cómo era posible que después de toda una vida ella me hiciera algo así, recuerdo las noches de llantos, las conversaciones con la gente de mi alrededor en las que solo sabía repetir "no lo entiendo, no me lo explico", esa manera en la que el dolor me corroía por dentro. 
A día de hoy me pongo a pensar y me doy cuenta de que yo tampoco me porté con ella todo lo bien que debía, que las excusas que ella me dio para lo que pasó, no eran tan pobres como me lo parecieron en ese momento, ¿sabéis por qué? Porque he aprendido que cada uno siente como siente, y le duele lo que le duele, aunque nosotros no lo entendamos, aunque nos parezcan tonterías o exageraciones. Rocío lleva toda la vida diciéndomelo, y yo le decía que tenía razón porque me sonaba lógico, pero hasta ahora no he llegado a ver de verdad hasta qué punto tiene razón, y cuanta verdad hay en esa afirmación. Para mantener una amistad, para cuidarla, no es necesario entender porqué le duelen las cosas que le duelen al otro, hay entender simplemente que le duelen,  respetarlas e intentar evitarlas.


Dije que después de aquella pérdida ninguna me haría daño. 
Mentira. 
Hay amistades que crees eternas y no lo son, como me pasó con Cristina. Hay amistades que sabes que no van a ser para siempre, y aún así no estás preparada para que se vayan. No estaba preparada para la última amistad que se ha roto.


Llevo años convenciéndome a mi misma de que no volvería a dolerme tanto que alguien desapareciera de mi vida, y me he dado cuenta de que me estaba engañando. Cuando quieres a alguien siempre va a dolerte que desaparezca, y a veces los años no son indicativo para la fuerza de la amistad. La fuerza de una amistad se mide en las veces que aguantamos al otro, que le levantamos cuando cae, que le ayudamos a mejorar, a sentirse bien, que le ponemos el hombro para que descanse, para que llore. Se mide en las veces que nos sacrificamos para que el otro sea más feliz. Y viceversa, porque siempre debe ser algo que fluya en ambas direcciones.

Hay personas que cuando desaparecen, te dejan un hueco en el pecho que va a quedarse toda la vida.
El tiempo no cura nada, solo te ayuda a acostumbrarte a vivir con las heridas para que no te escuezan, te ayuda a cerrar cicatrices, pero esas cicatrices siempre se quedarán en tu piel.


Voy a intentar no volver a decir que he perdido a alguien, porque no los he perdido, nos echamos mutuamente. Y hay que asumir esos errores, si no, nunca podremos crecer ni mejorar.


Te quiero

No hay comentarios:

Publicar un comentario