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jueves, 27 de julio de 2017

El corazón me arde

Tal que así, el corazón me arde. 
Es el título de una canción que acaba de sonar en mi reproductor y automáticamente he sentido que es lo que me define.
Acabo de leer algo que me ha hecho rabiar a mas no poder, y que me ha hecho daño. Y estoy ya harta de hacerme daño, porque obviamente es culpa mía sentirme así. 
Puede que sea la inmadura, y sí, por supuesto que lo soy, jamás lo he negado, es algo que intento mejorar. Y está claro que no voy del todo bien, pero no dejaré de intentarlo ni me rendiré.
Hoy, entre uno y otra, creo que ha llegado el momento de parar, de dejar de pensar en los que ya no forman parte de mi vida, de dejar de echar de menos y dejar de echar de más. Creo que es hora de bloquear redes sociales que no me hacen bien, de bloquear recuerdos y de bloquear sentimientos. Tengo que decir basta. Aunque sea después de todas las putas lágrimas que estoy soltando ahora mismo. 

El corazón me arde. Y aún no sé qué hacer con él. No sé que hacer con todo esto que me está revolviendo por dentro, no sé qué hacer con la paz intranquila que me rodea.

Menos mal que tengo a Rocío, de verdad, menos mal. Lo mejor de perder a mi mejor amiga fue recuperar un tipo de relación con mi hermana que ya no tenía, y que echaba muchísimo de menos. Ver cómo Rocío se volcó conmigo y cómo sigue haciéndolo me ha dado la vida, y me ha devuelto las ganas de todo, de seguir adelante, de no parar de andar con la sonrisa mas grande del mundo en la cara. Es mi hermana, es quien me da aliento cuando me falta, es quién me ha demostrado ya millones de veces a lo largo de quince años que jamás se va a ir, que es eterna a mi lado, y tener esa certeza es simplemente indescriptible. Aunque ya lo haya dicho cien veces y me repita tanto.

Tengo un grupo de amigos que dicen que ya no me ven, pero a cambio estoy teniendo a mi familia casi a diario, y merece la pena, realmente la merece, y ojalá no pierda nunca a la increíble familia que tengo, la de sangre y la de corazón. Y espero que esos amigos que me echan en falta entiendan que hay veces que necesito desconectar, volver a empezar. Retroceder.

El corazón ya no me arde tanto. Ya solo estoy llorando todo el dolor que me guardo cada día cuando me levanto, cada vez que finjo que no me importan las pérdidas que he sufrido, cada vez que me convenzo a mi misma de que puedo con las situaciones que me rodean. 
He conseguido calmarme, gracias simplemente a pensar en Rocío. Porque saber que la tengo lo mejora todo.

Hay personas a las que echaré de menos toda mi vida, aunque intente no pensar en ellas. Hay personas que aunque no estén, nunca se irán del todo. Hay personas con las que volveré a intentarlo mil veces y mil veces saldrá mal. Hay personas con las que estaré bien meses, y luego estaré mal otros tantos. Mis relaciones son como yo, una montaña rusa constante. Pero en algún momento esas montañas se paran, y los que han superado el camino son los que se atreven a repetir, porque les ha merecido la pena, e incluso les ha gustado.

El corazón a veces tiene que arder. Y resurgir después de las cenizas, como el fénix.

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