Me lo robaste todo.
Lo hiciste desde el egoísmo, queriendo protegerte a ti mismo. Lo hiciste desde la cobardía de no querer enfrentarte a las consecuencias de tus actos.
Y yo me dejé. Porque me quedé incluso cuando supe todas las mentiras, todo el daño.
Me lo robaste todo.
Y aún así siempre me quedé con tus partes buenas, pensando en tus ganas de mejorar, de seguir adelante. Pensando que me querías.
Me robaste una vida, un futuro. Decidiste por mi. Al ocultar algo que sabías que lo habría cambiado todo.
Y ahora siento que nunca he sido dueña de mi vida, que siempre decidiste tu.
Has vuelto a decidir ahora.
Me lo has robado todo. Otra vez.
De otra forma, de otra manera.
Y aquí estoy, pensando que mi hijo es un problema, que yo soy un problema. Que no merezco cosas buenas porque solo voy a complicar la vida de quien me ama.
Pensando que mi única opción eres tú. Que eres el único que va a aceptarlo todo de mi. Porque eres quien mas me conoce, porque es tan tuyo como mío, porque ya va mas de media vida. Porque él sería mas feliz. Porque es el camino fácil.
Volver a perdonar, olvidar de nuevo. Seguir adelante. Ser como tú, borrar lo que no interesa, quitar de en medio lo que es mejor no pensar ni saber.
Me lo robaste todo. Una vida entera. Me robaste la libertad, la juventud. Me has robado ahora el futuro, ese que quería junto a ti.
Porque nunca me has dado otra opción. Siempre has sido tú.
No me quito culpa. Yo decidí seguir, yo tomé mis decisiones.
Pero mis decisiones siempre fueron desde el amor, desde el puto amor, mientras las tuyas fueron desde el egoísmo y la cobardía.
Me he tenido que recomponer demasiadas veces por ti. Demasiadas. Marcaste el resto de mi vida, de nuestras vidas, cuando en 2011 decidiste callar, mantenerme en el engaño.
Y ahora estamos aquí. Atados para siempre. Con él como víctima de las decisiones tomadas por dos inconscientes.
Nunca voy a perdonartelo. Y quizá me he dado cuenta tarde. Quizá debería haber sido consciente de ello en 2018, antes de comenzar de nuevo la rueda.
Tampoco voy a perdonarte lo que ha ocurrido ahora. Tras tantos años, tras tanto daño. Cuando se suponía que todo iba a ir a mejor.
Me has fallado demasiadas veces.
Y aún así voy a pensar toda mi vida que eres mi única opción.
El único que lo entendería todo.
Me lo has robado todo.
Y aún duermes tranquilo por las noches. Sin admitir errores, sin pensar en ello. Porque olvidar es mas sencillo, porque seguir adelante es la única opción.
Lo entiendo.
Ojalá yo fuera capaz.
Me lo sigues robando todo. Amistades, espacios, planes, paz mental.
Mientras yo me sigo sintiendo culpable. Mientras sigo pensando que sería mejor estar sola, para no hacer daño a nadie, para no hacer a nadie entrar en mi vida caótica.
Para no afectar a mi hijo.
Para dejar de sentir que es una molestia, que somos un problema.
Me lo robaste todo.
Y no sé si esta vez podré recuperarme. No sé que será de mi, de mi aguante, de mi futuro, si es que lo hay.
Puede que me atormente todo lo que pudo ser y nunca será, pero tengo claro que yo puedo decir, con la cabeza alta, que reconozco mis errores, que los enfrento y reparo, que lucho de verdad por mejorar, que pienso en los demás antes que en mi (demasiado y demasiadas veces), y que nada de lo que he hecho, hago o haré es desde el egoísmo.
Siempre fue desde el amor.
Siempre es desde el amor.
Siempre será desde el amor.
Pero ahora va a ser desde el amor hacia mi misma. Primero yo, mi hijo, mi familia.
Primero mi vida.
No volverás a decidir por mi.
Aunque me lo hayas robado todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario