Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

martes, 25 de marzo de 2025

Lo que no quiero, lo que soy

Tengo ganas de escribir. Quiero hablar sobre él, sobre cómo me siento últimamente, sobre el día a día. 

Conforme avanza el tiempo más cosas veo que antes no fui capaz de ver. Me pasa siempre que conozco a alguien que me gusta y empeora cuando el gustar pasa a querer. Quiero estar siempre con esa persona, sea como sea, mis ganas se me desbordan. 
Así que recuerdo mis primeras semanas con él, él buscando huecos, ofreciéndose a venir a mi barrio, yo cambiando turnos, buscando excusas para verle aunque fuesen cinco minutos. Pienso en el después, cuando se fue formalizando. Se empezó a dar por hecho que iría a su casa todos los martes y jueves, estuviera él trabajando o no. Empecé a organizar mi vida en torno a él. Dejé de hacer planes hasta saber sus horarios, para solo quedar con otras personas cuando él trabajase. Lo fui dejando todo para que él fuera prioridad absoluta. Cuando no lo hacía venían los reproches, las malas caras, los silencios... esos silencios infinitos, ardientes, horribles, sangrantes.

Pero él no lo hizo. Y cuando me quejaba de ello me llamaba controladora, me decía cosas muy feas y me hacía sentir culpable y loca. Me lo creí. Creí que estaba exigiendo demasiado. 

Cuando pienso en lo que quiero solo me sale pensar que quiero todo lo contrario a lo que él fue, a lo que él me dio, y a veces me pregunto si eso existe.

Quizá esto suene feo, pero, si os soy sincera... me gusto como novia. Me gusta como me entrego, como hago lo posible por hacer feliz a la otra persona, mi forma de cuidar, de amar. 
Me ha costado muchos años, me ha costado muchos errores y me ha costado el hacerle daño a personas maravillosas por el camino. Y no soy perfecta, con alguien nuevo cometeré nuevos errores, tendré otros mil fallos y me tocará aprender una vez más.

Pero eso es lo que quiero. Quiero a alguien que me trate y cuide de la misma forma en que lo hago yo, que este pendiente de mi, que me escuche cuando hablo y le interese lo que digo, que suba fotos conmigo a menudo, que escriba sobre mi, que me dedique canciones, que me envíe las cosas que le recuerden a mi, que sea romántico, que me regale flores. Que se comunique, que me diga de forma clara las cosas que no le gustan, que hablemos sobre lo que nos preocupa, que podamos llegar a acuerdos. Que me desee y no se quede conforme hasta que ambos estemos 100% satisfechos, que me suba el ego, la autoestima y las ganas. 
Que me quiera. Que me quiera con las mismas ganas y entrega con las que quiero yo. Porque cuando quiero a alguien... lo doy todo.

Hoy alguien me ha dicho, medio en coña "Dame lo mejor que puedas dar" y me ha hecho pensar en qué es lo mejor que puedo dar. No en este caso, porque no es la situación, pero me ha hecho reflexionar sobre lo que doy cuando estoy enamorada, cuando quiero pasar mi vida con la persona que tengo al lado, y la respuesta en mi cabeza ha sido... "a mi misma"
Y es que esa es mi verdad, que cuando amo, me entrego al completo, lo doy todo, hasta lo que no tengo. 

A él le entregué demasiado, entregué mi vida, mi dinero, mi autoestima y absolutamente todo mi tiempo. Pero no recibí nada de vuelta. Ni el más mínimo agradecimiento o valor. Nada. Sólo los castigos cuando alguna vez daba menos de lo que se esperaba de mi.

No quiero eso nunca más, y no pienso volver a aceptar menos de lo que yo doy. Prefiero pasar el resto de mi vida soltera que volver a tener una pareja que no sea capaz de entregarse en todos los sentidos como lo hago yo. Y creo que eso es importante, que no me merezco menos.
Porque aunque me haya costado muchísimos años y muchísimo daño, sé lo que valgo. Y valgo mucho.

Estoy sintiendo mucha paz estas semanas. No es euforia, no es felicidad extrema. Es paz. Es sentir que poco a poco estoy haciendo lo que quiero, lo que me hace bien. Y si, aún hay veces que me vuelvo loca, que la cabeza me da mil vueltas y que no sé qué quiero en mi vida o qué hacer con ella, pero creo que cada vez son menos, y, aunque no lo fueran... todavía estoy caminando.

Voy a continuar. Voy a cuidarme yo, a seguir recomponiendo los pedazos, a priorizarme.

Y a cuidar mucho mi paz, porque sé que es frágil y que se merece hacerse fuerte 💜

1 comentario:

  1. Qué valioso es darnos cuenta, aprender y ponernos de nuestro lado. Un abrazo enorme.

    María LadyLuna

    ResponderEliminar