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lunes, 17 de febrero de 2025

Aunque no le importe

No le importo.

Esa es la realidad, aunque duela, aunque me haya costado verla.

Lo vi tan claro el viernes, tan jodidamente claro. Yo de los nervios, deseando verle, deseando pasar tiempo con él. Una parte de mi pensando en todas las posibilidades de volver a vernos.
Pero él no tenía las mismas ganas. Él ya tenía sus planes, cosas más importantes. Y conforme pasaban los minutos, iba hablando, contando cosas... yo iba pensando en todas las veces que había sido todo exactamente igual que en ese momento.

Pensé en la primera vez que lo dejamos, y en cómo pasó exactamente lo mismo. Yo, que la primera vez que nos volvimos a ver, habría dado un brazo por pasar el día entero con él, que hasta me había llevado la mochila para dormir allí... y él que tenía planes más importantes.

Y pensé también en todas las veces que no me priorizó. Que el grupo era más importante, que era más importante el fútbol, las tareas... y vi que, en realidad, nunca le he importado. 

Tres, cuatro salidas a solas en más de un año de relación, casi todas rogadas. Poquísimo tiempo de calidad juntos. Días y días de no sentirme prioridad, de no sentirme importante.

Pero luego me decía tres frases bonitas, me abrazaba o nos acostábamos... y pensaba que estaba equivocada, que sí le importaba. Creo que siempre se le dio bien decirme lo que yo quería escuchar, lo justo y necesario para quedarme. Y eso que lo hacía pocas veces.

No le conté a nadie que iba a verle el viernes, porque sabía que iban a decirme que no lo hiciera, que no era buena idea. Pero creo sinceramente que lo necesitaba. No diré que ha sido un cierre, porque no lo sé, porque me conozco, y no sé cómo reaccionaré si en algún momento él viene a buscarme. Pero si sé que yo no volveré a escribirle, que he aceptado no volver a ver a Dylan, que no quiero leerle más, saber más, verle más. Que ahora sé que no merece la pena. Que no le importo.

Mis amigos llevan meses diciéndome que no me quiere, que solo le venía bien y encajaba en su ideal de pareja, y yo siempre le he defendido, siempre he dicho que sí me quería. Quizá me quiso a su manera, pero no es una forma sana de querer, no para mi.

Y, pese a las buenas palabras, a esas que me han derretido siempre, a las que me han hecho apegarme a él... le faltaban actos.

Quizá si yo le hubiera dicho el viernes "te echo de menos, quiero estar contigo" me habría respondido que él también, pero la verdad, la realidad, lo que demostró... es que le soy indiferente.

Y ok, está bien. Puedo aceptar eso. Duele, por supuesto, pero es lo que necesitaba. Ver yo misma que todo lo que me han dicho este tiempo era verdad, que la equivocada era yo. Que mis deseos nublaron la realidad.

Después del viernes recuperé el libido, recuperé las ganas de hacer cosas. Y, aunque no estoy bien, ya no quiero estar con él. Ya no digo "quiero estar con Fran", ya no siento que le eche de menos.

Y miro a mi alrededor, veo a Dani, Germán, Joshua, Rocío, Almu, Danil... y pienso que ellos sí que me quieren, si que me valoran, si que les importo. Y no lo demuestran solo con palabras (que también) si no con hechos constantes, con amor constante. 

Y eso sí que importa. 

Aún me queda mucho camino para recuperarme, pero creo que estoy avanzando.

Aunque a él no le importe.

Estoy rodeada de personas a las que sí les importo.

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