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miércoles, 19 de febrero de 2025

En bucle

Son solo las nueve y media y ya me come la ansiedad. Porque no consigo olvidar, dejar de pensar, recordar.

Sé que estoy avanzando porque ya no quiero estar con él, ni de coña, de ninguna de las maneras. Pero sigue doliendo. Sigo recordándolo a partir de cada mínima cosa que veo. Y es una angustia vivir así.

Que encima justo ahora se me haya cruzado el otro "él" que ha habido en mi vida, aunque haya sido de forma tan fugaz, no ayuda en absoluto. Porque llevo desde anoche pensando en ambos, en las similitudes, en cómo no hice caso a señales que ya me avisaban de cuánto se parecían. No aprendo en absoluto, vuelvo a caer una y otra vez.

Me ahogan tanto los pensamientos y sentimientos que me duele la cabeza y me mareo, y no es una forma de hablar, es real. Me afecta a nivel físico.

Sigo intentando aferrarme a lo que sí tengo, a las millones de cosas buenas. Pero estoy tan agotada que me cuesta muchísimo. Y solo quiero irme a la cama, dormir, dejar de pensar o sentir.

No sé salir de este bucle, de esta angustia. Me paraliza y me atrapa. 
Me ahogo.

Sigo con rabia y angustia, y me agota sentir que cuando parece que avanzo... vuelvo atrás.

Acaba de saltarme esta canción en Spotify, y me siento muy identificada

Creí que todo iba bien
Pero no vi pasar el tren
Me arrancaste una parte, explícame cómo olvidarte
Con todo lo que te lloré
Por ti ya solo siento sed
De borrarte, de fugarme
No quiero recordar que otra vez
Yo fui detrás de ti
Miles de escaleras que suben
Incontables taxis que pedí una y otra vez
Contra la pared me di
Pero ya lo entendí
Hoy te vine a decir
Hey, goodbye
Ya encontré la salida de emergencia
De mi mind te voté,
Ganaste por excelencia el premio a la peor experiencia, con diferencia
Lo hiciste tendencia
He cambiado por ti, he llorado por ti
Y me cuesta imaginar algo que hiciste por mí
Por lo menos de ti he aprendido
No te perdono pero sí te olvido
Y una cosa tengo que decirte
En realidad, lo que debo es agradecerte
Porque el día que te fuiste, un favor me hiciste
Fue un golpe de suerte


Si es que no sé ni qué seguir escribiendo. Me siento rota. Estoy agobiada.
Necesito que llegue ya Dani.


lunes, 17 de febrero de 2025

Aunque no le importe

No le importo.

Esa es la realidad, aunque duela, aunque me haya costado verla.

Lo vi tan claro el viernes, tan jodidamente claro. Yo de los nervios, deseando verle, deseando pasar tiempo con él. Una parte de mi pensando en todas las posibilidades de volver a vernos.
Pero él no tenía las mismas ganas. Él ya tenía sus planes, cosas más importantes. Y conforme pasaban los minutos, iba hablando, contando cosas... yo iba pensando en todas las veces que había sido todo exactamente igual que en ese momento.

Pensé en la primera vez que lo dejamos, y en cómo pasó exactamente lo mismo. Yo, que la primera vez que nos volvimos a ver, habría dado un brazo por pasar el día entero con él, que hasta me había llevado la mochila para dormir allí... y él que tenía planes más importantes.

Y pensé también en todas las veces que no me priorizó. Que el grupo era más importante, que era más importante el fútbol, las tareas... y vi que, en realidad, nunca le he importado. 

Tres, cuatro salidas a solas en más de un año de relación, casi todas rogadas. Poquísimo tiempo de calidad juntos. Días y días de no sentirme prioridad, de no sentirme importante.

Pero luego me decía tres frases bonitas, me abrazaba o nos acostábamos... y pensaba que estaba equivocada, que sí le importaba. Creo que siempre se le dio bien decirme lo que yo quería escuchar, lo justo y necesario para quedarme. Y eso que lo hacía pocas veces.

No le conté a nadie que iba a verle el viernes, porque sabía que iban a decirme que no lo hiciera, que no era buena idea. Pero creo sinceramente que lo necesitaba. No diré que ha sido un cierre, porque no lo sé, porque me conozco, y no sé cómo reaccionaré si en algún momento él viene a buscarme. Pero si sé que yo no volveré a escribirle, que he aceptado no volver a ver a Dylan, que no quiero leerle más, saber más, verle más. Que ahora sé que no merece la pena. Que no le importo.

Mis amigos llevan meses diciéndome que no me quiere, que solo le venía bien y encajaba en su ideal de pareja, y yo siempre le he defendido, siempre he dicho que sí me quería. Quizá me quiso a su manera, pero no es una forma sana de querer, no para mi.

Y, pese a las buenas palabras, a esas que me han derretido siempre, a las que me han hecho apegarme a él... le faltaban actos.

Quizá si yo le hubiera dicho el viernes "te echo de menos, quiero estar contigo" me habría respondido que él también, pero la verdad, la realidad, lo que demostró... es que le soy indiferente.

Y ok, está bien. Puedo aceptar eso. Duele, por supuesto, pero es lo que necesitaba. Ver yo misma que todo lo que me han dicho este tiempo era verdad, que la equivocada era yo. Que mis deseos nublaron la realidad.

Después del viernes recuperé el libido, recuperé las ganas de hacer cosas. Y, aunque no estoy bien, ya no quiero estar con él. Ya no digo "quiero estar con Fran", ya no siento que le eche de menos.

Y miro a mi alrededor, veo a Dani, Germán, Joshua, Rocío, Almu, Danil... y pienso que ellos sí que me quieren, si que me valoran, si que les importo. Y no lo demuestran solo con palabras (que también) si no con hechos constantes, con amor constante. 

Y eso sí que importa. 

Aún me queda mucho camino para recuperarme, pero creo que estoy avanzando.

Aunque a él no le importe.

Estoy rodeada de personas a las que sí les importo.

jueves, 13 de febrero de 2025

Perder(m)e

He descubierto un sentimiento que no tenía identificado durante este tiempo. La rabia. Pura rabia. Siento muchísima ira y rabia. Rabia hacia él, hacia ella. Rabia hacia mi misma. Hacia el mundo. Siento muchísima rabia.

Y no estoy acostumbrada, y se me convierte en tristeza, ansiedad, dolor puro. No reconozco la rabia.

¿Dónde está la Irene con genio? ¿La que metía gritos a la mínima? ¿La que defendía su postura incluso cuando no debía?

Si tú eras lo mejor de mi vida
Imagínate lo poco que me quería a mí
No tiene sentido que me digas que me quieres
Si los hechos no dicen que sí

Me estoy victimizando. Estoy diciendo lo buena que soy yo y lo malos que son los demás. Estoy buscando culpables, tanto dentro como fuera del espejo. Estoy intentando encontrar lógica donde quizá no la haya.

¿Me han destrozado? Por supuesto. Me han hecho añicos, han destrozado mi autoestima, mi confianza, mi visión propia. Y yo les he dejado. Yo ignoré todas las alarmas. Dije "Yo controlo". Dije a las personas de mi alrededor que se estaban equivocando. 

Me debería dar igual quién me valora y quién no. Debería valorarme yo. Debería quererme yo. Debería haber sido capaz de parar antes.
Y con esto no me estoy machacando ahora, sé que hice lo que pude con lo que sabía y sentía en ese momento, pero duele igual. Y siento rabia. 

Sé que nunca quise perderte
Al final me he perdido a mí
Por centrarlo todo en tenerte
No te tengo aquí

Digo que lo di todo, pero no es cierto. Sé que no lo di todo, sé que darlo todo no es lo que yo he hecho este año y medio. Pero es que en el fondo sabía que no iba funcionar. Siempre super que no era mi sitio, que no era mi hogar, mi lugar. Siempre supe que me estaba equivocando. 
Nunca quise admitirlo. No lo he admitido hasta ahora mismo. Pero lo sabía.

Quizá buscaba escapar de mi realidad, de todo lo conocido, de todo el confort asfixiante. De un presente y futuro ya marcado. De una vida que no me hacía feliz pero de la que no sabía salir.

Nunca me dijiste qué sientes
Yo lo tenía que descubrir
Aún sabiendo que iba a dolerme
Y a separarme de ti

No sé qué es lo que quiero ahora. No tengo ni la más remota idea. 
Quiero estudiar. Quiero sacarme esa maldita plaza, y, si no la consigo, quiero sentir que lo he intentado, que lo he intentado de verdad. Quiero independizarme, Quiero vivir sola, con mi hijo, con mi perra, con mis gatas. Quiero liberarme de mi misma, de mis vicios, de mis ataduras, de los pensamientos que me destruyen.

Quiero ser buena persona. Pero quiero serlo de verdad. También conmigo misma. Quiero cuidarme y protegerme. 
Quiero dejar de aferrarme a personas que no me cuidan, ni me quieren, ni me protegen. Dejar de quedarme con quien no es claro, con quien hace que me salten las alarmas.

Tengo que aprender a hacer caso a mis alarmas. Salir corriendo. Dejar de empatizar, entender, justificar. 

Tengo que saber despedirme. Y quizá, a veces, debo aferrarme a la rabia. Reconocerla, escucharla, permitir que me inunde y me proteja. Que me recuerde que si hay algo que duele, duele. No dejar paso solo a la tristeza o el dolor, no solo a los sentimientos que me hacen seguir siendo víctima de mi misma.

Tú dando disparos, yo siendo un bala perdida
Llamándote suerte y tu haciéndome heridas
Viví de tu mano, sabiendo que era mentira
Yo si te creía

No sé qué quiero hacer a partir de ahora, pero voy a vivir el día, voy a centrarme en lo que siento en cada momento, en pensar en ahora y en lo que quiero, en mis metas. Si no consigo esa plaza, pienso ser la mejor trabajadora que ha tenido mi empresa. Pienso crecer, en todos los sentidos. 

¿Sigo con ganas de llorar? Por supuesto. Sigo total y absolutamente rota. Sigo con mil pensamientos horribles en mi cabeza. Sigo hecha polvo. Dolida. Destrozada.
Pero siento mucha rabia. Mucha.

De querer darle la vuelta al mundo de tu mano
A que ahora nada gire en torno a ti

No sé cómo terminar esta entrada. Tengo mucho frío, estoy hablando con Jorge y Nere. Tengo en bucle esta canción. Ahora voy a meterme en la cama, seguir hablando, jugar a algún juego y dormir. Abrazarme a mi perra, respirar su aroma, igual que el de mi gata. Quizá llorar. Intentar no pensar en mañana.

Respirar.





lunes, 10 de febrero de 2025

Gritar Socorro

Sigo gritando. De verdad que no imagináis la cantidad de veces al día que algún pensamiento me viene y automáticamente mi cerebro grita. Grita muchísimo, al punto de dolerme la cabeza.

Hoy hace un mes que no le veo. Este viernes es el cumpleaños de Dylan. El corazón se me sigue haciendo pequeño y la cabeza me da vueltas.

Me han dicho que haga una lista con las razones de porqué no era feliz, de porqué quise dejarlo, y que me remonte incluso al principio y a las cosas que ya ahí no me encajaban, para que pueda leerla en momentos como este y no se me olviden, para que mi cerebro escacharrado no me traicione.

Creo que voy a tener que intentarlo, porque no puedo seguir así. Mañana por fin tengo sesión con mi psicóloga y lo necesito como el respirar. Estoy teniendo ideas demasiado oscuras, ideas que hacía mucho que no tenía.

Continúo llorando en exceso, este fin de semana ha sido un infierno. Demasiado ruido en mi cabeza, demasiados sentimientos, demasiadas preguntas, demasiados reproches hacia mi misma. Estuve años en terapia para convencerme de que yo no era mala, para enseñarme a hablarme bien... y siento que todo ese aprendizaje se ha ido, que ha desaparecido por completo. No se me ocurren cosas bonitas que decirme, no me las creo, no las recuerdo. Siento que lo que merezco es estar mal.

Y, joder, sé que no es cierto. En el fondo sé que esto ha sido lo mejor para mi. Sé que era una relación que me hacía daño constantemente, sé que no tenía lo que yo necesito para estar bien. Lo sé. Sé que ni como amigo se ha portado bien al terminar, que me ha quitado de en medio sin pensar en cómo me afectaría. Sé que no merece la pena. Lo sé. Sé que su realidad está tan distorsionada que jamás podría haberle hecho feliz.

Pero no paro de recordar las cosas buenas, las primeras miradas en las que veía amor infinito en sus ojos, las risas, el sexo, el jugar juntos con Dylan, los te quiero, las publicaciones, las canciones, las bromas, los juegos, las salidas, los abrazos, el cariño. La conexión instantánea que tuvimos. Las palabras de quién nos veía y pensaba que llevábamos mucho mas tiempo al estar tan compenetrados. La vida en común.

Y no puedo olvidar todo lo que fuimos
No paro de pensar, un bucle infinito
Y no puedo parar, me autodestruyo entre tanto barullo
Y a ti te da igual.

No soy capaz de pensar mal de él, de decirme que hay cosas que no hacía bien, se me han olvidado todas las palabras, los actos, los silencios.

Pero sé que existieron, sé que están ahí, en algún lugar de mis recuerdos.

Recuerdo el ataque de ansiedad en la piscina, tras su conversación con Rocío, me recuerdo pensando que yo iba a pagar esa conversación, que se pasaría el resto del día a malas conmigo, que me castigaría de alguna forma.

Recuerdo la segunda vez que se cambió la foto de perfil, a posta, solo para hacerme daño.

Recuerdo el ataque de ansiedad que me llevó a dejar tirados a dos amigos con los que había quedado y salir corriendo a donde él estaba viendo el fútbol, porque le enfadó muchísimo que en vez de irme con él me fuese a ir con otra gente. Porque ya estaba enfadado porque yo venía de pasar un fin de semana con Dani, nuestro hijo y nuestro sobrino.

Recuerdo que hubo muchas veces que hizo cosas que sabía que iban a dolerme, solo para eso, para hacerme daño.

Tú mi medicina por tanto tiempo
Yo tu pasatiempo y aún no lo entiendo
Tanto te quería y sigo queriendo
Y aunque te perdí, ganaré de lejos

Y aún así grito por estar con él. Grito por las ganas de volver, y me digo cosas como "puedo volver y aceptar lo que él quiera, cuando él quiera, como él quiera" "acepto los planes que él me diga, iré a su casa cuando lo pida, seremos novios desde el minuto cero, estaré con él cada minuto de mi tiempo libre"

¿Quién soy? Porque no me reconozco, no reconozco este tipo de pensamientos en mi, este tipo de necesidad y angustia. Cuando lo dejé y estuve gritando por volver con él, mi hermana me dijo algo así como "vale, hazlo, vuelve y sé una mujer sumisa e infeliz el resto de tu vida, porque encima ahora te tendrá más aún en su mano", y lo peor de aquello... es que ahora mismo estaría de acuerdo. Ahora mismo sería capaz, es lo que mi cuerpo me pide. Volver, con las condiciones y circunstancias que él quiera, sean las que sean.

Por eso necesito ayuda, por eso no pienso aplazar más la terapia, por eso tengo este dolor en el pecho tan enorme. No sé quién soy, no sé dónde estoy ni por qué, y no veo ningún futuro posible.

Me estoy ahogando.

Pobre de mi, ahora han pensado
No me arrepiento del pasado
Yo quise quererte, quererte tan fuerte
Es partе de mi, no sé amar diferentе
Y ahora el amor no está de moda
Pobre de ti, acabarás sola
Yo no cambiaré, yo querré como siempre
Es parte de mi, no sé amar diferente


viernes, 7 de febrero de 2025

Me hago pequeña

Estoy en el trabajo y no consigo concentrarme. He avanzado bastante en estas dos horas, pero aún asi mi cabeza está en cien puntos distintos. Las lágrimas en el borde de los ojos. 

Me come la angustia. Me comen los recuerdos y pensamientos. Veo demasiado lejos el momento de haber superado esto. Me repito que pasará, que no es la primera vez. Pero no dejo de querer llorar, de sobrepensar continuamente, sobre todo por las noches, de sentir esta presión en el corazón que me hace pequeña.

Me siento pequeña. Me siento culpable. Me siento mal conmigo misma. Me hablo mal, me machaco. Y sé que no debería, pero me cuesta horrores no hacerlo. Siento que he tirado por tierra los años de terapia.

No sé cómo escapar de mi misma.

No sé cómo seguir.




Hoy te he vuelto a pensar, he vuelto a recordar
Cuando nos encontramos en aquel bar
Los ojos se miraron como si se hubieran conocido ya
Iba a ser una copa y nos dieron las 4 sin parar de hablar
Fuimos de bar en bar

Y ahora si paso por delante, ya no miro por si estás
Me sobraban ganas y ahora saber cómo estás
Y si algún día se me olvida, y te quiero volver a ver
Recordaré que es mejor quererme que querer tu amor

Antes eras mi ciеlo azul y la tormenta no se va
Antes mе veía en el espejo y ahora solo veo cristal
Tu voz, mi melodía, tú y yo al mismo compás
Y ahora estás fuera de tempo, en mi vida quedaste atrás
No te acordaste ni de mi cumpleaños
Ni del día en que cumplimos un año
Pasaba el tiempo y a ti se te pasó cuidarme
Se te hizo tarde

Y ahora si paso por delante, ya no miro por si estás
Me sobraban ganas y ahora saber cómo estás
Y si algún día se me olvida, y te quiero volver a ver
Recordaré que es mejor quererme que querer tu amor

miércoles, 5 de febrero de 2025

Las noches que atormentan

Ayer fue el día que mejor estuve desde que este infierno empezó (quitando los días en Salou, claro), pero por la noche volví a venirme abajo.

Las noches son horribles. Me faltan sus brazos. Adoraba dormir con él, el calor que sentía, el amor. Las veces que me dijo "echaba de menos estar asi contigo" cuando hacía varios días que no dormíamos juntos. Acabo de escribirlo y solo con eso ya se me han puesto los pelos de punta y encogido el corazón.
Repaso mentalmente la conversación del lunes antes de dejarlo, la frase que me dijo "te quiero demasiado y no quiero que esto acabe, es lo último que querría", y otra vez los pelos de punta, el corazón roto.

Me duele demasiado el corazón, le echo demasiado de menos. Demasiado. 
Sigo esperando que me llame, que me escriba, que intente que las cosas se arreglen.

Pero sé que no, sé que no es lo mejor, sé que ambos estaremos mejor separados, sé que él jamás me llamará. Sé que esta vez es definitivo. Y una parte de mi odia esa certeza, aunque la otra la agradezca.

Estoy consiguiendo no buscarle. Hace días que no miro sus redes sociales ni las de nadie del grupo, he silenciado a todo el mundo, porque el sábado me saltó una foto que no esperaba y me hizo demasiado daño, ya no me pasa más. Sé que el contacto cero es lo mejor. Aunque me muera por ver a Dylan, aunque me hubiera encantado seguir teniendo relación con su madre. Sé que hablarle a él sería demasiado doloroso, sé que sería capaz de volver corriendo a sus brazos si me dejase. Sé que tengo debilidad por él.

Pero también sé que se acabará pasando. Algún día. Si seguimos en el contacto cero.

Anoche me puse a reflexionar sobre el resto de mis parejas, las relaciones que se terminaron y cómo llevé cada duelo.
Y el problema es que descubrí que yo nunca olvido. Nunca dejo de querer, de echar de menos. Por eso al final siempre vuelvo a caer con mis ex, por eso al final nunca nos desvinculamos del todo. Por eso, aunque no haya relación romántica o sexual, siguen siendo personas importantes en mi vida. Las únicas veces que no he mantenido relación con un ex ha sido porque ellos no han querido, porque han desaparecido de mi vida ellos. No por decisión mía.

Esta vez también ha sido él, y ya me lo avisó estando juntos, que él no mantiene relación con sus ex. 
Dios, como me duele llamarle ex, sentir que ya no soy su pareja, que ya no voy a serlo más. Cada vez que pienso en ello me recorre un escalofrío. Sigo sin estar preparada para aceptarlo del todo.

Pienso mucho en Jose. Me siento de nuevo aquella niña de 16 años a la que dejaron y que pasó dos meses encerrada en casa, llorando, gritando, yendo al instituto como una zombie, haciendo las cosas obligatorias de manera mecánica. Pero esta vez la decisión de dejarlo ha sido mía, y me aterra pensar que he podido equivocarme. Me repito constantemente que he hecho lo correcto. 
Esta vez Mimi ya no viene a subirse encima mía para consolarme, ahora lo hace Gala, que en cuanto me escucha llorar viene corriendo a lamerme la cara como una loca desesperada hasta que me calmo. Lo malo es que cuando lo hace recuerdo de nuevo a Dylan, como cada vez que la miro. Me alivia muchísimo que al menos en carácter sean tan diferentes.

Aún recuerdo la cantidad de años que pasé idealizando a Jose, pensando que era el chico perfecto y que yo la había cagado al perderlo. Aún recuerdo cuando, cinco años después de dejarlo, nos vimos por primera vez... y se bajó del altar en el que lo había puesto. Descubrí que había ensalzado demasiado sus cosas buenas y olvidado por completo las malas. 
Creo que me pasa lo mismo, siempre igual. Olvido lo malo, realzo lo bueno.

Anoche intenté recordar esas noches malas, cuando en vez de abrazarnos nos dábamos la espalda y al final pasábamos la noche sin dormir. Recordé las noches que pasé en mi propia casa sin poder dormir porque habíamos discutido, o porque me había dejado de hablar. 

Juro que intento recordar lo malo. Juro que mi parte racional sigue firme en su decisión, esa parte de mi no quiere volver con él.
Mi parte emocional es otra cosa. Mi parte emocional grita de desesperación.

Pero pasará. Sé que pasará.

Necesito tiempo. Necesito hacer cosas, mantener la cabeza ocupada. Necesito dejar de ahogarme cada vez que pienso en él. Necesito seguir adelante y centrarme en cosas que me hagan feliz, que me den paz.
Lo estoy intentando.

Como dije en otra de mis entradas, sé que dentro de un año leeré esto y podré decir que lo logré, y esa es mi única meta ahora mismo, poder seguir sin dejarme a mi misma por el camino.
Aferrándome a que no es la primera vez, que ya he pasado esto más veces, que siempre he conseguido salir adelante.

Y que no estoy sola.

Estoy intentando también valorar más a la gente que me rodea, hablarles mas, preocuparme mas, verles mas. Demostrarles que me importan y que agradezco que estén en mi vida.
Tengo a gente increíble y siento que no los he valorado suficiente estos años.

Voy poco a poco. El mes que viene retomaré la terapia, me voy a poner a estudiar y a luchar por mi futuro. Y en algún momento este sentimiento de ahogo, esta desesperación... se habrá ido. Un día me daré cuenta de pronto de que llevo varios días sin que me duela el pecho, sin recordarle, sin llorar.

Solo necesito tiempo.
Paciencia.
Mucha fuerza.
Y mucho amor.




Y cuando cae la noche
Quiero llamarte, pero no
No voy a hacerlo, no

lunes, 3 de febrero de 2025

3 de Febrero

Hoy es 3 de febrero, lunes. 

He vuelto al trabajo tras dos semanas (la primera de baja, la segunda por vacaciones).

Aquel lunes, 20 de enero, me dejó tan, pero tan rota, que al día siguiente no pude levantarme para ir a trabajar. Han pasado dos semanas. 

La vida sigue.

Pero sigo rota.

Ayer me prometí que comenzaría a esforzarme aún más por continuar, por seguir sanando, por cuidar y valorar a quien me rodea.

Mi primer y ultimo pensamiento cuando duermo sigue siendo él, aparte de las millones de veces que le recuerdo durante todo el día.

Intento recordar, como siempre, la frase de Rocío, lo que yo misma escribí hace unos meses en ¿Qué está haciendo él? , y me recuerdo, porque le conozco,  que no piensa en mi ni la mitad que yo en él. Aunque si creo que me echará de menos en algunos momentos, que su casa debe recordarle mi ausencia a veces. Pero a él se le da mejor seguir adelante, se le da mejor pensar mal y dejar ir. Ojalá ser cómo él en ese aspecto, o como Germán, que también es capaz de irse en cuanto le hacen daño. Ojalá no haberme quedado tanto. Ojalá no me doliera tanto tener esa certeza, la de que él conseguirá olvidarme mucho antes que yo a él, aunque la decisión de terminar la tomase yo.

Y no lo estoy criticando, no va en ese sentido, de verdad que no. Sé que lo intentó, sé que hizo lo posible por su parte para que funcionase, igual que lo hice yo. Sé que yo también le hice daño en muchas ocasiones. Solo envidio su forma de llevar las emociones, el daño. 

He estado tantas veces a punto de llamarle, he pensado tantas veces en decirle "Vamos a volver", que el teléfono ha llegado a quemarme la mano. He pensado en hablarle, en decirle que quiero ver a Dylan, que los echo a ambos demasiado de menos. Pero me da miedo volver a caer, volver a verle y querer besarle, o sentir sus brazos a mi alrededor, tener esas ganas infinitas de abrazarle para siempre. Durante un año mi corazón ha ido luchando y ganando contra mi cerebro, contra todas las cosas que no encajaban, y ha acabado demasiado roto y agotado. No puedo seguir dañándolo. No puedo seguir rompiéndome. Forzando cosas que nunca van a funcionar.

Pero dios, como duele. Yo quería que saliera bien. Yo quería que nos quisiéramos bien, que fuésemos felices. De verdad que duele muchísimo saber y sentir que no podrá ser.

Le sigo queriendo. Seguramente seguiré queriéndole mucho tiempo. Pero ojalá deje pronto de doler tanto. Ojalá hubiera alguna forma de poder ver y cuidar a Dylan sin dejarme a mí misma por el camino. 

Estoy harta de las pérdidas.

Lo bueno es que no echo tanto de menos a lo demás, que me he quedado con gente maravillosa, con la que sigo hablando y que sé que seguiré viendo. Que al final ese "medio grupo" solo eran tres personas, y casi ni eso. Que yo no estaba loca. Que no soy tan mala.

Me he propuesto valorar a mi gente, la de siempre, la que me demuestra su amor y cariño, la que me hace fuerte. Los que me escuchan y valoran. Me propongo todos los días seguir adelante.

Y no voy a proponerme dejar de pensar en él, porque sé que es imposible, pero sí voy a intentar redirigir mis pensamientos cuando le recuerde, centrarme en lo que sí tengo, en las cosas que me hacían daño, en por qué me fui.

Lo que se pierda en el camino es porque nunca llegó a estar, porque no merece la pena que se quede. La gente que se va lo hace por una razón, y tengo que aprender a aceptar eso.

Aunque me siga muriendo de ganas de recibir esa llamada. Aunque siga muriendo por cambiar las cosas. 

Voy a recuperar mi vida.



Otra vez caí, ay, que tonta fui
De haber llegado hasta aquí
Vi las señales y no me quise ir
Supongo que soy así
Que trato de reparar
Lo que está roto y que nunca rompí
Sé que no, no ibas a cambiar por mí
Aunque me dije que sí
Sabiendo que no debía
Pero no, nunca debimos seguir
¿Por qué me duele el final
Si yo ya me lo sabía?

Ya me cansé de esperarte, no voy a rogar
Siempre supiste enredarme y me voy a soltar
Nunca cumpliste lo que me prometías
Yo sí prometo que me voy de tu vida
Ya me cansé de esperarte, no voy a rogar
Si no supiste cuidarme te voy a soltar
Y me encantó como quisiste ignorarme
Espero que te guste como voy a olvidarte

Y ya no, ya no lo voy a negar
Si me alcancé a ilusionar
¿Pero quién no cuando te juran siempre estar?
Que triste que aunque lo vi
Igual yo quise confiar
Y me perdí una vez más

Ya me cansé de esperarte, no voy a rogar
Siempre supiste enredarme y me voy a soltar
Nunca cumpliste lo que me prometías
Yo sí prometo que me voy de tu vida
Ya me cansé de esperarte, no voy a rogar
Si no supiste cuidarme te voy a soltar
Y me encantó como quisiste ignorarme
Espero que te guste como voy a olvidarte