Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

sábado, 29 de junio de 2019

Aquel lugar especial

Hoy he pasado por un lugar que me ha hecho mucho daño. 
No me lo esperaba, no estaba pensando en nada relacionado, y de golpe ahí estaba, enfrente mía, el cartel luminoso con su nombre. 
He sentido que se me rompía algo por dentro.
Se me ha roto ya no por los hechos, si no por dónde ocurrieron. El mundo se me ha venido encima.
Me han dado muchas ganas de llorar, y he tenido que hacer uso de toda mi fuerza de voluntad para disimular, para poner buena cara, para reírme, para hablar de otras cosas, para no romper ese momento de felicidad que estaba teniendo. 
Por dentro estaba llorando a mares. He decidido que en cuanto llegara a casa me pondría a escribir, para al menos poder soltar la carga sin hacerme daño.

Una vez más he vuelto a pensar en lo estúpida que soy por darle importancia a lugares que claramente no la tienen para las otras personas implicadas. Cuántas veces he pensado "aquí no haré X, porque a tal le dolería", siempre tiño de especiales muchas cosas que al final solo son especiales para mi. Y me siento muy tonta, y siento que sigo siendo una cría que nunca va a madurar y que vive en cuentos de hadas con final feliz.

Hacía ya mucho tiempo que estaba bien con ese tema, y que otros lugares no me hacían daño. Creo que hoy este me ha dolido por eso, porque toda mi vida fue especial para mí, y con él cobró el triple de significado. Porque aquel día de noviembre sentí que murió una parte de la niña que fui, que cada día miraba aquel lugar imaginando un futuro precioso.
Muchas veces me he planteado volver, y hacerlo mio de nuevo, tapar la mancha de dolor que lo inunda fabricando nuevos recuerdos. Pero al final nunca me atrevo, porque no sé cómo reaccionaré estando allí.

Desde aquel día siempre tengo la misma pregunta, ¿Por qué allí? ¿por qué no en otra de las miles opciones que había? Y la única respuesta posible siempre es la misma. 
Porque solo era un sitio especial para mi. Porque de nuevo le di demasiada importancia a las cosas. Porque hay capítulos que se borran sin que tu te des ni cuenta.

Y ahora estoy aquí, una vez más, pensando en aquello. Pensando en que solo te hace daño lo que tu permitas que lo haga, pero a la vez dándome cuenta de lo difícil que es controlarlo.

Soy consciente, otra vez, de cómo he cambiado desde noviembre, de cómo ya no le doy importancia a los lugares ni a las cosas que hacemos, ni las convierto en algo especial, porque creo que en cualquier momento se volverán en mi contra. Por un lado pienso en lo triste de ese cambio, porque siempre me he sentido orgullosa de esa parte de mi que todo lo veía especial. Por otro lado veo la utilidad, como me protege de los futuros daños, y me siento bien. Aunque me duela haber tenido que cambiar.

Quizá hoy me acueste llorando. Quizá nunca vuelva a pisar aquel lugar, o lo pise pero con otra persona. Quizá el dolor nunca se vaya y yo nunca vuelva a colocar el cartelito de "especial" en ningún sitio.
Pero he podido seguir adelante, una vez más, con todo ese dolor atravesándome el pecho. He conseguido buscar la felicidad que merezco. 

Y quizá, con suerte y esfuerzo, algún día pasaré por allí, y el dolor que he sentido hoy será solo un simple recuerdo de algo que ya superé.
O quizá la herida nunca se cierre, y me sangre de nuevo todas las veces que ese cartel luminoso se refleje en mis pupilas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario