Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

martes, 2 de julio de 2019

Estrellas Fugaces

¿Cómo desaparecen las personas de tu vida? Esas personas tan importantes, con las que tanto hablabas, que tanto sabían de ti... ¿cómo pasan a ser casi desconocidos?

Cuando hay una pelea, una discusión, un problema... es fácil de entender, es verdad que no siempre, pero al menos puedes encontrarle cierta lógica. ¿Pero y esas personas que simplemente desaparecen? Que cambian la conversación semanal por el silencio, que dejan un vacío que no se puede llenar porque ni siquiera sabes cómo se ha formado.

¿Y tu qué dices corazón?
Que no se me acomode el amor pa cuando estalle.
¿Y tu qué dices corazón?
Que me tiendas al sol en plena calle.
¿Y tu qué dices corazón?
Que el tiempo es la fragua que aprieta mis alambres.
¿Y tu qué dices corazón?
Que te calles, que te calles, que te calles.


Las echas de menos, sientes que te falta algo, pero no sabes cómo solucionarlo, no sabes cómo arreglar algo que no terminas de entender cómo se ha roto ni porqué. 
Y vuelves a sentirte responsable, el mundo se te viene encima y la presión en el pecho te ahoga. Otra vez. Como siempre. 
¿A cuántas personas tenemos que perder para dejar de aferrarnos a los que nos rodean?
Tenia que pasar, ¿no?. Tenia que romperme en algún momento, La situación acabaría por vencerme tarde o temprano, y, aunque he intentado evitarlo, al final es algo inevitable.

Claro que no puedo ver cómo todo se acaba
Te vas cuando todo llega y llego cuando tú te vas
Claro que depende todo de cómo miraba
Si el cielo tan solo es cielo, ¿por qué no puedo llegar?


Estoy tan cansada de todo que no se cómo me mantengo. Lo intento, y lo intento, y lo intento. Pero no sirve, al final nunca sirve. Al final queda lo de siempre, la frustración. 
Y las ganas de aislarme me superan. Las ganas de desaparecer, de no volver a hablar con absolutamente nadie. 

Puto Spotify, que parece que tiene el don de la oportunidad. 
Pero esta vez lo quito, no pienso hacerme mas daño si puedo evitarlo.

Normalmente cuando escribo termino con una decisión tomada, elijo qué camino seguir tras desenredar mis nudos. Pero esta vez no se qué decisión tomar, porque siento que ya lo intenté todo, que solo me queda aceptar la realidad. Y no quiero hacerlo, no quiero aceptar que he perdido de esta manera a tres de las personas mas importantes que ha habido en mi vida. Porque una parte de mi piensa que no las he perdido. Porque soy la imbécil que nunca pierde la esperanza.

Qué asco sentirse así. 


Acabo de pegarme como media hora llorando, y he acabado enviándole un mensaje kilométrico a Rocío por whatsapp. Aún tengo las gafas manchadas y los ojos encharcados. Y no sé si me arrepentiré, si podría haberlo hecho mejor, o diferente. Pero voy a terminarme el capítulo de Glee, quizá a leer un rato, y a dormir hasta que el cuerpo me lo pida.

Tengo examen el viernes y aún me queda mucho que estudiar.

Y sin embargo, se me dilatan las pupilas al verte, 
se me corta el aire si te tengo enfrente;
sólo pido que no tengas compasión, si aún me quieres.
Y mientras tanto me sobrevuelan las estrellas fugaces, 

y me suplican por favor que me decante, que ya no pueden desear por mi:
ni conmigo, ni sin ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario