Culpables

Nunca nos gusta sentirnos así, ¿verdad? Culpables. 

Siempre intentamos ver qué ha hecho mal el otro, e incluso cuando sabemos que lo hemos hecho mal, nos justificamos, y pensamos que nuestros actos han venido provocados por los actos del otro. ¿Quién empezó? ¿Quién hizo lo más grave? ¿Quién se ha portado peor? El otro. Siempre el otro. Porque aunque digamos "es verdad que yo hice esto" en nuestro propio pensamiento va incluido después "pero él..." aunque no lleguemos a decirlo en voz alta.

Culpables.

La verdad es que todos lo somos, y a la vez no lo somos ninguno. Porque lo que para ti está mal para mi está bien, y ambos podemos tener razón. Porque nuestros sentimientos solo los entendemos nosotros, y solo nosotros sabemos como llevarlos. Es muy difícil ponerse en la piel del otro. Aunque lo intentemos.

Por eso es importante encontrar el equilibrio. Equilibrio a la hora de ser egoístas y a la hora de no serlo, pensar bien por quién merece la pena sacrificarse, pensar qué merece la pena perder. 

Pensar en lo que necesitamos nosotros mismos es necesario, pero también es necesario a veces pensar en lo que necesitan los demás.

Al menos eso es lo que yo creo. Habrá personas que compartan mi opinión, y otras que no.

Hoy he aprendido a quererme más y a odiarme menos. A mirar a través de los ojos de mi hermana, de mi Rocío. Y a recordar que si lleva tantos años siendo mi mejor amiga, algo bueno debo tener.

Igual que lo tenemos todos.

"El provecho de uno es el perjuicio de algún otro"

Siempre que me necesites, ahí estaré, y pese a todo nunca dejaré de estar.