Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

sábado, 6 de agosto de 2016

Ahora que no puedo hablar

Y no sé cuánto, no sé cuánto voy a soportarlo
Y no sé dónde, no sé dónde voy a dar sin ti
Y no sé cómo, no sé cómo lograré olvidarte
No sabes cuánto me duele este adiós
Contigo nada está claro, te siento tan lejos, te quiero tan cerca
Y aunque me quede sin nada te quiero dar todo aunque no lo merezcas



"¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿De qué te rodeas? ¿De quién te rodeas? ¿Qué haces? ¿Cómo lo haces?"

No os equivoquéis, no es por un chico. En realidad nunca ha sido por un chico, aunque mis publicaciones en facebook o en otras redes sociales hayan hecho creer a la gente que sí. Aunque yo misma a veces lo haya pensado.

En realidad es por todo, por todos. Por la forma en la que me afectan los demás, por como me lo tomo todo como algo personal en lugar de no ser tan egocéntrica y darme cuenta de que cada uno tiene su vida, su historia, sus prioridades, sin significar eso que estén dejándome a mi de lado a propósito.
¿Que aún así a veces duele? Por supuesto. Duele muchísimo ver que eres transparente para alguien que te importa, que jamás le importarás tanto como esa persona te importa a ti, que nunca llegará a tenerte en cuenta de verdad. Pero eso no significa nada. Somos por naturaleza egoístas. Esto mismo de lo que me quejo, yo también lo hago, aunque no sea conscientemente. Hay personas a mi alrededor que se vuelcan en mi, y por las que yo no me intereso lo suficiente, y cuando intento hacerlo para devolverles algo de lo que me dan, lo siento en parte como una obligación, no como algo que hago porque realmente salga de mi y me apetezca. Supongo que no podemos evitar que sea así, siempre va a serlo.

Podría apostar a que en cualquier esquina ya te conocen hasta de memoria
Y que con cada cuento que terminas le vas restando un poco a nuestra historia.
Pero el tiempo es terco y el corazón condena,
Hoy te quiero decir que con todo y eso una vida sin ti no vale la pena.


Se que lo digo mucho, pero es que sigo sin conseguir encontrar mi equilibrio, o me machaco demasiado o lo hago demasiado poco, no tengo términos medios, en nada, nunca.

Llevo ya mas de una semana escondida en los libros, con el móvil apagado el mayor tiempo posible, sin querer hablar con nadie, y de hecho no hablando prácticamente con nadie, haciéndolo casi por obligación, o para ver a las personas que he necesitado ver. Me siento egoísta muchas veces, pero por otro lado... necesito desaparecer. Ojalá pudiera hacerlo por completo, para desconectar y volver a encontrarme.
Ojalá hubiera podido irme a mallorca. Hace demasiados años que no voy, lo necesito.

Me hiciste un favor, me devolviste el miedo.

Creo que voy a mejor con los días, y muy poco a poco, pero aún así hay veces que me siento perdida y no sé a donde ir.

Tengo claras mis metas, mis objetivos, se quien soy. Y aún así... parece que sigo buscando algo que nunca tendré, algo que me emperro en conseguir aunque tenga la certeza de que no estoy hecha para ello.

Creo que lo supe el primer día que me puse en aquella fila del patio y me dieron el primer empujón y el primer insulto. Mis relaciones con los demás nunca serán del todo normales, porque yo nunca seré normal. No sé si es que no nací para serlo, o si me convirtieron en ello.
Y no digo que sea malo. Estoy orgullosa de mi misma, de lo que soy ahora. Sé que voy a llegar lejos, y haré lo imposible para mejorar, aunque sea solo un poco, el mundo que me rodea


Y ahora que no puedo hablar
Voy a rogarle a esos recuerdos que aparezcan
Que por las noches sin dañarte, te enloquezcan
No queda nada si te vas, no queda nada si te vas 


Y ahora que no puedo hablar
Porque hay palabras que sentaron la protesta
Te las llevaste, no eran tuyas, eran nuestras
No queda nada si te vas, no queda nada si te vas
Y no regresas


Lo que es extraño es que te canto sin sentido
Esta canción es imposible dedicarla
Y aunque me duela el aceptar que la he perdido
Hoy duele más saber que no podré buscarla


Y ahora que no puedo hablar
Cada segundo sin tu voz parece eterno
Cada mirada accidental es un infierno
No queda nada si te vas, no queda nada si te vas
Y no regresas


Me canto a mi, a mis ideas, a mi corazón, al infierno que viví y que viviré, al las llamas que fui, al dolor que sentí. Me canto alto y fuerte, para recordarme que estoy aquí, que sigo viva, que sigo en pie, que seguiré. Y me canto a mi, porque por encima de todo, eso es lo único que importa, saber que siempre tendré voz, que jamás volverán a callarme, que nunca volveré a esconderme, que solo importo yo y mis certezas, y mi amor, y mi alma, y todo lo bueno que siento, y todo lo que me hace sonreír, y todo lo que un día, pese a todo,
recordaré orgullosa.



1 comentario:

  1. Hola bonita, ¿recuerdas lo que hablamos la otra noche? Creo que te irá bien retomar alguna cosa inconclusa. No te atormentes, respira, y vive. Y si te cuesta, mira a tu hijo o a otra persona muy querida, a la que ames, y mira con esos ojos de amor a ti misma, a tu vida, a tus relaciones y experiencias. Sufrir no vale la pena, no hoy que realmente andan cicatrizando las heridas ¡y qué ritmo! Te quiero, preciosa.

    ResponderEliminar