Soy buena novia. Necesito repetirme eso. Soy buena amiga. Soy buena persona. Merece la pena estar conmigo. Merece la pena estar conmigo. Merece la pena estar conmigo. Merece la pena estar conmigo.
O me lo repito o me vuelvo loca. Me duele demasiado el pecho.
Pero soy buena novia, yo lo sé. Me costó mucho aprender a serlo. Fue mucho trabajo en mi misma. Fueron muchos intentos. Pero sé que lo soy.
Me equivoco. Soy humana. Me equivoco muchísimo. Tengo la salud mental hecha jirones. Me quiero morir mas tiempo del que quiero estar viva. Mi autoestima siempre ha sido regular y mi ex la destrozó por completo. No me quiero lo suficiente. No me valoro lo suficiente. Dejo a menudo que me pisen. Me da mucho miedo perder a la gente que quiero. Me cuestan los enfrentamientos. Me invade el miedo la mayor parte del tiempo. A veces me odio cuando me miro al espejo. Necesito demasiada valoración externa.
Me conozco. Me conozco jodidamente bien. Sé lo bueno que tengo y sé lo malo, se lo que hago bien y lo que no. Soy sincera conmigo misma prácticamente siempre. También con quienes me rodean.
Soy detallista, siempre intento buscar las cosas que pueden hacerte feliz o hacerte sentir importante. Soy romántica, te presumo en todas partes porque me encanta gritarle al mundo lo increíble que eres y como te quiero. Me paso escribiendo lo que siento, siempre muestro física y verbalmente lo mucho que siento por ti, lo que te quiero, lo que me gustas y lo que te amo. Lo feliz que me haces.
Hablo las cosas, soy capaz de comunicarme, de decirlo cuando algo no me gusta o no me hace sentir bien, sé expresarme desde el "yo", explicando que así es cómo me siento, intentando no culparte, si no que me entiendas y veas mi perspectiva. Si me dices algo que te ha dolido de mi voy a escucharte y reconocerlo si me he equivocado, haré hasta lo imposible para no repetirlo.
Si me dices que he hecho algo mal no me pongo a la defensiva, no te digo "pero tu has hecho tal", no escurro el bulto, te escucho, intento entender qué ha pasado y te pido perdón. Siempre pido perdón. Siempre. Siempre intento reparar el daño.
Es difícil sostener mi estado de ánimo, mis pensamientos autodestructivos, mi catastrofismo. Mis amistades llevan años a mi lado porque les merece la pena. Mis parejas también se han quedado siempre por lo mismo. Mis cosas buenas siempre superaron las malas. Las malas las llevo intentando corregir toda la vida, nunca me he quedado en el "yo soy asi".
Merezco la pena.
Quien se ha ido de mi vida es porque realmente ha querido, porque me ha llevado al límite, ya que me es casi imposible echar a nadie. Cuando quiero a alguien lo hago para siempre. Incluso cuando no debo. Incluso cuando me han destrozado.
Quien se ha ido de mi vida es quien ha perdido. Me lo he demostrado muchas veces, me lo ha demostrado la vida en si.
Lo bien rodeada que estoy, lo mucho que tengo, lo mucho que ofrezco. Lo mucho que soy.
Fallos incluidos.
Y siempre intento que quien me rodea se sienta igual. Que sepan que son mucho, que son enormes, que también con sus fallos son personas maravillosas.
Soy un mar de inseguridades, porque mi cerebro me odia. Porque para él lo fácil es hablarme mal y decirme cosas muy feas todo el rato.
Luchar con eso es absolutamente agotador. Muchísimo. Demasiado.
Estoy agotada. Vivo agotada. Por eso me quiero rendir demasiado a menudo.
A veces mi cabeza gana la batalla y yo me convierto en trapo.
Quien me rodea me sostiene. Pero también tengo que aprender a sostenerme yo.
Y si no quieren estar conmigo pueden no estar.
Pero yo sigo mereciendo la pena.
Sigo siendo buena amiga, buena novia, buena persona.
Yo nunca me rindo, siempre intento mejorar, encontrar soluciones, aferrarme a lo que creo que merece la pena.
Por eso sé que en el fondo siempre acaba perdiendo quien decide irse.
Aunque a veces me cueste creerlo.
Merezco lo mismo que doy.
Merezco la pena.