Podría escribir cien cosas, y casi ninguna me sale. Podría sobrevivir un día más haciendo como que no pasa nada, pero estoy agotada de fingir.
Estoy agotada de pensar, de dejarme llevar, estoy agotada de seguir adelante y agotada de estar en una nube de felicidad que desaparece en cuanto la realidad me golpea.
La realidad de que las cosas nunca serán como me gustaría, de que tengo que renunciar a cosas para las que no estoy preparada a renunciar.
Me toca pensar en opciones que no quiero pensar, y tomar decisiones que no quiero.
Me toca parar