Aviso a navegantes

Soy responsable de lo que escribo, no de lo que usted entienda o interprete

miércoles, 16 de julio de 2025

Me quedo conmigo

Vivo, instante al momento seguido
Intentando caminar, perdido
Existo, segundo a segundo yo existo
Intento salir de mí, conmigo
Recogiendo todos los pedazos que llevo escondidos.



Tengo muy claro lo que quiero, a lo que aspiro, lo que necesito. No tengo dudas, no tengo que pensarlo demasiado.


Quiero ser independiente, quiero vivir tranquila, en paz, sabiendo que no necesito a nadie mas para conseguir esa paz y, sobre todo, que nadie puede venir a destruirla.
Quiero conseguir mi propio piso, pagado por mi, sin necesitar a alguien que me ayude a hacerlo. Quiero sentir que tengo un espacio seguro que me pertenece, sin miedos, sin vivir en alerta. Solo eso, en paz.
No quiero lujos, no aspiro a que el dinero me salga por las orejas, no necesito un super coche, ni un piso gigante. No me hace falta tenerlo todo de última generación.


Muchas veces me cruzo en redes sociales con el cartel de "una persona criada en el amor y otra criada en la supervivencia nunca verán el mundo igual" y creo que tiene tanta razón que me abruma. Llevo toda mi vida viendo a la gente a mi alrededor, sus vidas, sus familias, sus historias. Soy trabajadora social y me dedico a entender cómo el contexto y la historia de vida influyen en todo lo que serás.
Nunca voy a ser igual que la mayoría de mis amigos, y ellos nunca verán el mundo de la misma forma que lo veo yo.
Quizá por eso siempre encajo mas y me entiendo mas con personas que han tenido una vida de mas supervivencia que amor. Porque ellas si lo entienden. Ellas saben lo importante que es la paz, la estabilidad. Sin nada mas.


Quiero estar lejos y a solas, ganarle más tiempo a mis horas
Dejar de sentirme culpable por ser vulnerable a todos mis excesos
Estas son mis cicatrices, caigo por mi propio peso
Todas mis expectativas las doy por perdidas y no salgo ileso.



Despertar un día más sigue siendo un logro. Levantarme de la cama, enfrentar el día, relacionarme, cumplir responsabilidades, pensar y sobrevivir a ello.
No todo el mundo comprende hasta que punto es eso una batalla ganada. Lo mucho que me ha costado estar donde estoy, sobrevivir.
Lo increíblemente complicado que es luchar contra mis pensamientos y aprendizajes.


Me dan mucha envidia esas personas, las que se han criado en el amor. Cuando lo hablo con mi hermana me dice que muchas de esas personas, pese a criarse en el amor, no tienen, por ejemplo, la relación que tenemos nosotras. Y es cierto, quizá crecer en el amor te hace normalizarlo, y no ves tan genuino que alguien te ame de verdad, te proteja, te cuide y se quede a tu lado. Para mí es mas normal el maltrato, que la gente que "te quiere" te haga daño, y que tu perdones y sigas a su lado. Que aguantes. Que empatices.


Mi relación con él se ha basado en eso durante media vida. Empatizar, perdonar, seguir adelante. Pensar que todo irá a mejor.


Y me miro a mi misma, y pienso en lo que quiero, en lo que merezco.
¿Qué merezco?


Me despierto siempre hiperactivo
Antes de que entre el bajón de sentir cómo cruje ese ruido
Que hacía un extraño eco en mi habitación
¿Qué va a pasarme hoy?
No sé qué puedo esperar
Me da miedo que se agote el tiempo
Que se me olvide lo que siento
Que lo haga todo con el mismo amor, pero distinto sentimiento



Soy consciente de mis limitaciones. También de mis fortalezas.
Sé que idealizo las cosas buenas, que endioso a cualquier persona que me cuide un mínimo, que lo que debería ser normal me parece increíble.
Sé que quiero demasiado y a veces a quien no lo merece.
Sé que todo lo que tengo lo he luchado y ganado yo.
Sé que he tenido mucha ayuda, que me he rodeado de personas maravillosas.


También sé que sigo sin saber cómo seguir. Que todo me da miedo. Que sigo pensando que desaparecer sería lo mas sencillo y lo que mas paz me daría.


Recogiendo todos los pedazos
Los pedazos que estaban perdidos
Que me estaban rompiendo en pedazos todo lo vivido.



Pero sigo. Continúo el camino. Y solo veo mi objetivo, ese piso, esa paz. No quiero cosas grandes, no necesito aspiraciones enormes. Solo quiero paz.
Y quien quiera acompañarme tiene que ayudar a darme esa paz. No desestabilizarme, no darme aún mas preocupaciones, agobios o malos recuerdos. Por eso tengo que dejar ir, superar, aprender a vivir sin esas personas que, pese a su importancia, dejan mas mal que bien. Que me roban la paz.


Sé lo repetitiva que soy. Sé que suena muy simple y pequeño, pero que grande será el día que salga de esta casa sabiendo que no voy a volver, que ya no volveré a estar atrapada, que soy libre. Que tengo mi propio sitio.


Nadie criado en el amor podrá entender al cien por cien la importancia de la paz para alguien criado en la supervivencia.
Pero las personas que hemos sobrevivido, las que llegamos a adultas e intentamos no hacer daño a nadie por el camino, las que hemos aguantado y seguido adelante... nosotras vemos el mundo distinto.
Nos hemos roto cien veces, y seguimos pegando los pedazos, recomponiendo lo que otras personas destrozaron.


Yo no le tengo miedo a estar sola.
A lo que le tengo miedo es a seguir dependiendo de alguien que me hace daño de forma continua.
Le tengo miedo a rendirme y que todo acabe.


Tengo miedo de dejar algún día de ser yo misma para adaptarme a un mundo que no quiere entender que la intensidad es necesaria. Que la gente de tu alrededor tiene que saber cuanto te importa. Que hay que disfrutarlo todo como si fuera la última o la primera vez. Que querer con tantísima fuerza no es una debilidad, que mostrarlo, tanto en palabras como en actos, hace falta. Que la felicidad aumenta cuando el amor se respira es cada partícula de aire, cuando se siente en cada poro de la piel.


Para quienes no hemos conocido el amor de la forma adecuada al crecer, cualquier muestra de amor actual nos hace aún mas grandes. Mas felices. Nos cura.


La gente que me ama está curando, sin saberlo, a la niña que siempre estuvo sola, la que no quería estar viva, la que se sentia una molestia y un error. Están curando a la adolescente que ya estaba rota y no sabía como unir los trozos.
Están alzando a la adulta que lucha por sus sueños, por su paz.


Yo también me curo a mi misma cada día que me levanto de la cama y decido elegir lo que me hace bien. Cuando elijo seguir intentándolo.
Cuando me miro al espejo y me recuerdo que merezco la pena, que me gusta mi forma de ser, que merezco cosas buenas.


Que algún día, cada vez más cercano, voy a encontrar la paz.


Y por eso, aunque sepa que soy mi peor enemigo
Hoy yo me quedo conmigo
Yo me quedo conmigo
Me quedo conmigo